Teatro Alberdi. Acto de asunción de los nuevos decanos de la UNT. Las flores, las luces, los saludos. El locutor de la Universidad, infaltable. El himno, las presentaciones, el aura de solemnidad. Hasta ahí, nada que rompa la rutina de lo esperable en cualquier acto académico. Pero una postal arriba del escenario quiebra los esquemas y llama la atención: 11 de las 13 unidades académicas tienen abanderadas mujeres.

Las estudiantes que portan la Bandera representan a las facultades de Agronomía y Zootecnia; Artes; Bioquímica, Química y Farmacia; Educación Física; Filosofía y Letras; Medicina; Odontología; Psicología; Ciencias Exactas y Tecnología; Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo, y Derecho. Arquitectura y Ciencias Económicas son las dos únicas unidades académicas representadas por hombres.

La opinión en la que coincide la mayoría de las chicas que tienen el honor de portar la bandera argentina en cada acto de la Universidad es que las mujeres van acaparando cada vez más lugar y que con el paso del tiempo fueron ocupando puestos más importantes.

La mayoría se mostró sorprendida cuando LA GACETA les hizo notar que casi la totalidad de los estudiantes más notables del año son mujeres. Algunas lo relacionaron a la responsabilidad de las chicas a la hora de estudiar, ya que uno de los requisitos más importantes para obtener el cargo es el promedio.

“Yo creo que las mujeres somos más enfocadas. Veo que cuando empiezan a estudiar, las chicas se dedican más a la carrera y los hombres tratan de hacer un poco de todo: como ir a clases y trabajar, por ejemplo”, expresó Guadalupe Delorme, estudiante de Informática. “Los varones suelen ser más chantas”, agregó entre risas María Emilia Molina, de Odontología.

“En mi experiencia, hasta que no estoy muy segura no me presento a rendir. Los varones, capaz, estudian un poco menos y se tiran el lance. Aprueban pero después no llegan al promedio y por eso no son abanderados, pero no porque sean menos inteligentes o responsables”, opinó por su parte la abanderada de Agronomía, Sonia Torino.

Otro grupo tomó como referencia su caso y lo vinculó con los movimientos sociales, feministas e igualitarios de los últimos años. “Actualmente la mujer puede acceder a mayores espacios en la sociedad y está buenísimo”, dijo Juliana María Ruiz Barrionuevo, alumna de la licenciatura en Ciencias Biológicas. En tanto, Tamara Mikus, de Letras, comentó: “es llamativo. Pienso que de algún modo va creciendo el espacio que vamos ganando las chicas tanto en el conocimiento como a la hora de alcanzar otras metas una vez recibidas. Es muy valorable el espacio que se nos está dando”.

“No quiero apresurarme a sacar conclusiones pero creo que tiene que ver con los movimientos que suceden con mayor fuerza para lograr la igualdad de oportunidades para varones y mujeres. Y también creo que tiene que ver con los prejuicios que se fueron rompiendo sobre que determinadas carreras son más afines a tal o cual género, entonces más mujeres incursionan en áreas que antes se consideraban exclusivamente masculinas”, opinó Mariana Bravo Würschmidt, de la licenciatura en Artes Plásticas.

Además de las 11 primeras representantes, 13 mujeres más ocupan los puestos de primera y segunda escolta. En tanto, en esos mismos lugares, los varones son 12 en total.

Buscando igualdad

Cada una tiene su historia, cada una pasa o pasó un año en la bandera y, también, cada una lo vivió de manera diferente. Algunas dedicaron su vida al estudio, otras no dejaron de hacer lo que les gustaba por estudiar. Sólo una luchó por continuar con el legado de su madre y obtener el mando de la insignia patria, y lo logró.

Se trata de Flavia Tamagnini, recibida de la Facultad de Medicina: “fui abanderada en la primaria y en la secundaria y de alguna manera me lo esperaba o, por lo menos, lo quería. Mi mamá también fue abanderada en su momento y fue muy importante para ella”, contó. “De todas formas, nunca dejé de hacer las cosas que me gustan por estudiar. Me parece que la vida es mucho más que la carrera que uno hace y que mientras más uno conoce, más la puede disfrutar”, agregó Tamagnini.

Si bien la joven médica ya se recibió, aún le falta realizar la residencia. Lo mismo le ocurre a la mayor parte de las otras chicas que, aunque todavía no se insertaron en el mundo laboral, van sumando experiencia.

La igualdad laboral es el punto flojo que sale más a la luz en algunas profesiones. “Para ciertos trabajos, hay empleadores que prefieren varones, sobre todo, cuando tienen que elegir entre un hombre o una mujer en ‘edad de ser madre’. Y sé que los sueldos son diferentes también”, comentó Delorme. “Cuando el hombre se recibe tiene una inserción laboral un poco mejor que la mujer. Tiene que ver con el hecho de considerar que el varón es más capaz para ciertas tareas”, lamentó Mariela Madrid.

Las que llevan la bandera
n Sonia María Torino (Agronomía y Zootecnia).
n Mariana Bravo Würschmidt (Artes).
n Paula María Terán (Bioquímica, Química y Farmacia).
n Mariela Madrid (Educación Física).
n Tamara Mikus (Filosofía y Letras).
n Flavia Tamagnini (Medicina).
n María Emilia Molina (Odontología).
n Paula Salas Auad (Psicología).
n Guadalupe María Delorme (Ciencias Exactas y Tecnología).
n Juliana María Ruiz Barrionuevo (Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo).
n María del Rosario Naranjo Barrionuevo (Derecho).


> Las que llevan la bandera
- Sonia María Torino (Agronomía y Zootecnia).
- Mariana Bravo Würschmidt (Artes).
- Paula María Terán (Bioquímica, Química y Farmacia).
- Lucía Celeste Basualdo (Educación Física).
- Tamara Mikus (Filosofía y Letras).
- Flavia Tamagnini (Medicina).
- María Emilia Molina (Odontología).
- Paula Salas Auad (Psicología).
- Guadalupe María Delorme (Ciencias Exactas y Tecnología).
- Juliana María Ruiz Barrionuevo (Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo).
- María del Rosario Naranjo Barrionuevo (Derecho).