Se define como un “electricista de San Andrés”. Tiene 39 años, está casado y tiene dos hijas. Según el requerimiento de elevación a juicio formulado por el fiscal Diego López Ávila, quien investigó el caso, utilizó el teléfono de Paulina Alejandra Lebbos en las horas posteriores a su desaparición. Fue detenido y estuvo más de tres años preso. Alberto Lebbos dice que tiene vínculos con el poder.

Roberto Luis Gómez dice que se trató de un error y que en realidad su celular fue clonado. Asegura que desconoce cómo un chip de su propiedad figura como utilizado en el teléfono de la estudiante de Ciencias de la Comunicación desaparecida el 26 de febrero de 2006 y cuyo cuerpo fue encontrado el 11 de marzo del mismo año, a la vera de la ruta 341, camino a Raco.

“Estoy involucrado por una línea telefónica. Con tantas irregularidades, eso tendría que volver a ser analizado. Si el juicio termina hoy, salgo absuelto”, afirma.

“Por un chip no puede ser que esté aquí. No tiene sentido. Una empresa de telefonía llevó a confundir al fiscal. Mandaron informes contradictorios”, sostiene. Un perito deberá declarar en el juicio para sostener su hipótesis.

“Aquí no se conseguía un especialista. Conseguimos uno en Buenos Aires. El perito sostiene que los informes de telefonía son contradictorios”, contó Gómez. Aclara que solventó esos gastos con la colaboración de sus vecinos. “Le agradezco a mi pueblo, porque mi familia hizo un bono contribución para contratarlo. Nosotros no somos millonarios”, aclara.

En esta etapa del debate -transcurrieron cuatro meses desde que comenzó-, Gómez estuvo alejado de las polémicas. Hasta ahora, los imputados por el encubrimiento fueron los protagonistas. Muchos de los testigos ratificaron con sus versiones los delitos cometidos en torno al caso. Pero, hasta el momento, no surgieron datos que comprometan al electricista.

“No oculto nada”

- ¿Pusiste un chip tuyo en el celular de Paulina Lebbos?

- No, eso nunca sucedió. En la misma empresa mandaron un informe en el que figura que tres personas tenían el mismo número. Hoy en día siguen existiendo ese tipo de problemas. Le podría haber pasado a cualquiera, no solamente a mí.

- ¿Tenés vínculos con el poder político?

- Soy inocente. No tengo nada que ver con esto. No estoy ni estuve vinculado al poder, soy un trabajador. Siempre conté la verdad, no oculto nada. No vivo en un country, vivo en un pueblo. Hay veces que vengo al Juicio y no puedo volver a mi casa por el gasto que significa.

Gómez comenta que aprovecha los fines de semana para hacer trabajos particulares y que el juicio le ocasionó graves complicaciones económicas. “No puedo trabajar. Estoy mal. Sufre también mi familia. A mí me duele por dentro. Mi viejo tiene una jubilación de $ 4.000, mi mujer trabaja y está enferma. ¿Dónde está la vinculación con el poder?”, cuestiona.