La Justicia intenta determinar qué ocurrió para que ayer por la tarde Natalia Vargas cayera del parapente en el que volaba.

Para ello, los peritos analizarán las cámaras grabadoras y los celulares que fueron secuestrados ayer en Loma Bola.

Además, se están realizando rastrillajes en la zona para intentar dar con el celular de la víctima y verificar si no contiene grabaciones que puedan ayudar a determinar qué fue lo que pasó.


LA VÍCTIMA. Natalia Vargas.

“Era una persona que amaba la vida y es imposible que haya tomado la decisión de soltarse. Tampoco creemos que haya sido un ataque de pánico; hizo bromas antes de salir, estaba contenta y ya había volado en parapente otras veces”, manifestó ayer a LA GACETA Ana Corres, una de las amigas más cercanas de Vargas.

La familia sostuvo también esa posición durante las últimas horas de ayer.

“Esto es raro. Si se tratara de apretar un botón para soltarse, ¿no hay algo que la sujete ante una emergencia?”, se preguntó otra de las amigas, Sofía Seidán.

Ayer por la tarde, Vargas decidió realizar un vuelo en parapente. Lo hizo con el piloto Ariel Salazar. Durante el vuelo, la chica cayó de 120 metros de altura y murió.

Anoche, el piloto fue alojado en la comisaría de Yerba Buena.