RÍO DE JANEIRO, Brasil.- Luiz Inácio Lula da Silva cerró ayer su gira por Brasil, como parte de su campaña electoral con miras a los comicios de 2018. El cierre se hizo en barriadas populares de Río de Janeiro, como Belford Roxo, donde el jueves lo esperaron algunos cientos de seguidores que se reunieron para verlo y escucharlo.

Pese a haber sido condenado en primera instancia a varios años de prisión por corrupción en la causa “Lava Jato”, el ex presidente de Brasil es candidato en las elecciones de octubre de 2018. Y como tal, recorre el país.

El público que lo recibe está compuesto en su mayoría por amas de casa y jóvenes -algunos estudiantes universitarios y militantes del Partido de los Trabajadores y de partidos de izquierda.

Lula es candidato a presidente en los comicios generales de Brasil de octubre de 2018, aunque la ley electoral del país le impide hacer campaña antes de agosto del año que viene. Sin embargo, nada prohíbe que dé discursos y por eso está en una campaña de hecho.

Esta semana pasó por los estados de Río de Janeiro y de Espírito Santo. En octubre ya lo había hecho en Minas Gerais y entre agosto y septiembre estuvo en el nordeste del país, donde se encuentra el grueso de su electorado.

“Demostré que el pueblo puede comer, tener empleo y el hijo del pobre ir a la universidad. Me estoy preparando para volver”, dijo Lula en su discurso en Belford Roxo.

En su discurso, Lula lanzó además un desafío: quienes no quieran que sea presidente, que los derroten en las elecciones y no en los tribunales. Así, sin nombrarlo, hizo referencia a Sergio Moro, el juez que lo condenó en primera instancia a nueve años y medio de prisión por corrupción en la megacausa “Lava Jato”, que desde 2014 investiga tramas de corrupción entre políticos y empresarios y que ha salpicado a parte de la clase dirigente brasileña.

Esta semana ha sido la más dura para Lula en términos judiciales desde que fue condenado en julio. El primer juez de apelación del tribunal a cargo de confirmar o revocar su sentenciaha emitido su voto, pero lo mantiene en secreto. Si se confirma su condena en los próximos meses, Lula puede quedar inhabilitado como candidato, porque la ley brasileña determina que los condenados en segunda instancia cumplan pena en prisión.

El ex mandatario, de 72 años, encabeza todos los sondeos de opinión como candidato a presidente. Según el más reciente sondeo de Datafolha, el 34% de los encuestados votaría a Lula, el doble que a su inmediato rival, el populista de derechas Jair Bolsonaro. (DPA)