Determinar quiénes fueron los autores de los asesinatos de los policías Alberto Antonio Vélez y Ángel Ernesto Valdez no fue una tarea sencilla para el tribunal. El juicio se extendió durante más de un mes, y la duda sobre quiénes fueron los homicidas y cuál fue el móvil del doble crimen fueron los ejes centrales. Ayer, después de ocho horas de deliberación, los jueces regresaron a la sala para comunicar la sentencia: condenaron a Sebastián Jaime a 18 años de prisión por el delito de doble homicidio simple y absolvieron a Juan Carlos Tártalo y a José Carlos Acosta.

Al escuchar la sentencia, los familiares de las víctimas rompieron en llanto y comenzaron a insultar a gritos a los imputados, quienes fueron retirados rápidamente por el personal del Servicio Penitenciario. “¡Asesinos! ¡La van a pagar!”, gritaban antes de que personal de la guardia policial tuviera que intervenir para contenerlos.

Vélez y Valdez fueron asesinados en marzo de 2015, en Río Colorado. En el requerimiento de elevación a juicio de la causa, la fiscala Adriana Reinoso Cuello describió los hechos así: “entre la hora 0 y la 0.30, Tártalo se encontraba con Jaime, Acosta y un tal ‘Retutu’ en un auto de color oscuro que se encontraba estacionado en la banquina de la ruta 157. Al notar que se aproximaban los sargentos Valdez y Vélez, quienes se conducían en una Honda Twister blanca, roja y azul, los imputados efectuaron más de 10 disparos hacia los efectivos”.

“Ellos (por Acosta y Tártalo), no tienen nada que ver. No hablé antes porque estaba amenazado”, confesó Jaime semanas atrás, cuando acusó a Nicolás Orellana (hijo de Miguel “Piki” Orellana) y Samuel Morales por los crímenes.

Jaime aclaró que sí estuvo en la escena, pero que fueron Morales y Orellana quienes dispararon. El primero negó esa versión en el debate y el segundo no participó de la audiencia.

La fiscal de Cámara, Estela Giffoniello, dio inicio a la rueda de alegatos. “Fueron muertes violentas. Hubo al menos 11 disparos. Estos sujetos esperaron a los policías y los acribillaron. A uno lo remataron a corta distancia”, argumentó Giffoniello antes de pedir que los tres imputados fueran condenados a prisión perpetua.

Luego, los abogados defensores, Hernán Molina (Jaime), Nilda González Escobedo (Tártalo) y Juan Hermosa (Acosta), pidieron la absolución de los tres imputados.

“Cuando se empezó a hablar en la causa de gente de poder, inmediatamente fue elevada a juicio”, se quejó Hermosa, quien advirtió: “muchos testigos callaron por miedo. Incluso Jaime fue amenazado en el penal. La secuencia es la que contó Jaime, pero cambió los nombres”.

El tribunal, integrado por Fabián Fradejas, Juana Juárez y Alejandra Balcázar, dio a conocer el fallo que generó enojo entre los familiares.