El bloque de hielo gigante que se desprendió hoy de la Antártida es monitoreado con atención por los científicos. Los hacen mediante satélites de la Agencia Espacial Europea. Sucede que, de acuerdo con su comportamiento, puede generar distintos efectos en el océano.

"El iceberg es uno de los mayores registrados y su evolución futura es difícil de predecir", dijo Adrian Luckman, profesor de la Universidad de Swansea y primer investigador del Proyecto MIDAS, que ha seguido la plataforma de hielo durante años.

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"Puede seguir siendo una pieza, pero es más probable que se divida en fragmentos. Parte del hielo puede permanecer en la zona durante décadas, mientras que otras partes del iceberg pueden ir a la deriva hacia el norte, hacia aguas más cálidas", añadió, según reprodujo la agencia Reuters.

El hielo supondrá más riesgo para los barcos. La península está fuera de las principales rutas comerciales, pero es uno de los principales destinos para los cruceros que visitan Sudamérica.

Vale recordar que en 2009, más de 150 pasajeros y tripulantes fueron evacuados del MTV Explorer, que se hundió tras chocar con un iceberg en la península antártica.

Este bloque de hielo, que probablemente se llamará A68, estaba ya flotando antes de desprenderse, así que no habrá impacto inmediato en el nivel del mar. Pero su separación redujo el segmento Larsen C más de un 12 %.

Las zonas Larsen A y B, situadas más al norte de la península, colapsaron en 1995 y 2002, respectivamente.


IMAGEN SATELITAL. Desde el espacio se puede observar la grieta que dejó el iceberg. REUTERS

"Esto derivó en la dramática aceleración de los glaciares que había detrás, con mayores volúmenes de hielo entrando en el océano y contribuyendo a la subida del nivel de los océanos", dijo David Vaughan, experto en glaciares y director de ciencia de British Antarctic Survey.

"Si Larsen C empieza ahora a reducirse significativamente y finalmente colapsa, habrá otra contribución a la subida del nivel de los océanos", añadió.

Los grandes icebergs se desprenden de la Antártida de forma natural, y los científicos no están vinculando la situación actual con el cambio climático generado por el hombre. El hielo, sin embargo, es una parte de la península antártica que se ha calentado rápido en las últimas décadas.