“Hemos recolectado una importante cantidad de documentación e información para seguir adelante con la investigación”, se apuró en aclarar el fiscal federal Pablo Camuña. Él dirigió la pesquisa que permitió desarticular a una banda narco que operaba desde hace bastante tiempo en al menos ocho barrios del Gran Tucumán. Fue un aviso de que no se conforma con haber secuestrado alrededor de 42 kilos de cocaína y detenido 10 personas. Ahora irá por donde más le duele a este tipo de organizaciones: el aspecto económico.

Es muy probable que los investigadores nunca puedan establecer cuáles fueron las ganancias de esta organización, -que supuestamente era liderada por Nilda “La Cabezona” Gómez, secundada por Miryam “La Negra” Soria,-, pero sí tienen una clara idea de que se movilizaban millones con el negocio que habían establecido hace tiempo.

Por ahora, los números se hacen con lo que incautaron en el megaoperativo que desarrollaron en manera conjunta la Policía de Seguridad Aeroportuaria y Drogas Peligrosas de la Federal. En el barrio Néstor Kirchner, donde muy pocos se animan a ingresar y la presencia del Estado sólo se nota en algún que otro módulo habitacional o en algunas precarias viviendas, la organización utilizaba una obra en construcción como lugar de acopio de droga. En el interior de una cámara séptica ubicaron más de 40 kilos de pasta base para transformar en cocaína. En otros tres quioscos, hallaron más de tres kilos más de la misma sustancia. En el mercado narco, el kilo se cotiza a $110.000, por lo que el valor total de la sustancia llega casi a los $5 millones.


Pero las ganancias pueden ser mucho más grandes si es que deciden volcarla al narcomenudeo. A la droga la estiran entre cinco y siete veces; es decir que esos 45 kilos se transformarían en unos 225 -utilizando el más bajo de los sistemas de estiramiento- con los que pueden fraccionar unas 225.000 dosis. Luego las comercializan a $100 cada una de ellas, por lo que les generan unas ganancia de más de $ 22 millones, según estimaron los especialistas.

La banda acusada se habría dedicado a los dos negocios. A la venta por mayor a personas que tenían redes de narcomenudeo y a producir mercadería para abastecer sus propios quioscos, según creen las fuentes.

Algunos lujos

Varios de los detenidos llevaban una vida de lujo, o por lo menos, eso se sospecha tras los casi 20 allanamientos que realizaron en distintos barrios de la capital. Por ejemplo, en la vivienda de “Maxi” Ale, hijo de “La Cabezona” con domicilio en Alejandro Heredia, los pesquisas descubrieron que tenía un techo corredizo.

En tanto, en Villa 9 de Julio, en una casa que pertenecería a Gómez, encontraron en una pieza una especie de gimnasio y también se sorprendieron porque ubicaron una bañadera con hidromasaje. Esa vivienda es una de las más bellas del barrio 8 de Marzo y no estaba permanentemente habitada. Los investigadores, en medio de este trabajo, secuestraron cinco vehículos y tres motocicletas. El valor de los rodados, según la valuación de la Dirección General de Rentas y de Mercado Libre, superan los $2,8 millones.

Las fotos de los viajes de las jefas narco detenidas durante el megaoperativo

De esa lista de autos, dos no están inscriptos en Rentas: una Ford Transit y una camioneta Dodge Ram, cuyo valor supera los $1,2 millones. En tanto, los que sí están anotados en el ente recaudador presentarían deudas, según el informe que da el organismo a través de internet.

“La Cabezona” utilizaba siempre, según los investigadores, los automóviles más lujosos: la Ram y el Minicooper. El valor de los dos vehículos superara los $1,3 millones. Con ellos recorría Barrio Norte y se sentaba a tomar un cortado en jarrita en los bares que están ubicados al frente de la Plaza Urquiza.

Ninguno de los autos secuestrados está a nombre de los acusados de integrar esta banda; se encuentran a nombres de personas que podrían ser sus parientes o conocidos de Villa 9 de Julio, Alderetes y barrio El Salvador, por sólo citar algunos.

Un misterio

Los pesquisas no pudieron determinar cuántas propiedades tienen efectivamente los integrantes de la banda. En principio serían varias en zonas de las cuatro avenidas y en los barrios de la periferia de la capital.

Tampoco está debidamente acreditado si los sospechosos contaban o no con cuentas bancarias. “Existe la posibilidad de que se convoque a la Unidad de Información Financiera para que se sumen a la investigación. Eso se definirá en los próximos días”, explicó Camuña en una charla con LA GACETA.

Investigar el patrimonio de los detenidos es uno de los pasos que dio el fiscal en los últimos resonantes casos. Los integrantes de la banda de Julio César Trayán y Luis “El Gordo Vaca” Vega fueron algunos de los acusados de narcotráfico que tienen congelados sus patrimonios por haberlos adquirido, presuntamente, a través de actividades ilícitas.

Investigación

Los acusados todavía no declararon

Fue un día intenso en la Justicia Federal. Los hombres de Drogas Peligrosas de la Federal y de la Policía de Seguridad Aeroportuaria comenzaron a presentar todas las pruebas que habían recolectado durante los allanamientos que realizaron entre el jueves a la madrugada. Nilda “La Cabezona” Gómez conoce lo que es enfrentar un proceso de estas características, ya que fue condenada tres veces por comercialización de estupefacientes. A partir del miércoles, los sospechosos comenzarían a prestar declaración. “Maxi” Ale también será acusado de tentativa de homicidio por haber disparado en contra de los uniformados que allanaron sus viviendas.