La campaña de soja 2016/2017, en Tucumán, inició su etapa de cosecha, que se generalizó durante la segunda quincena de abril debido a que las condiciones ambientales lo están permitiendo. En los Departamentos Burruyacu, Cruz Alta y Leales, el avance de la trilla abarca aproximadamente el 10% de la superficie sembrada, mientras que los rendimientos obtenidos son dispares en función de la ubicación de los campos, de las fechas de siembra y de los ciclos de los cultivares sembrados, dijo Marcela Lizondo de la AER Banda del Río Salí.

Durante enero e inicio de febrero, que son las etapas reproductivas y más críticas del cultivo, se registraron períodos de estrés hídrico y térmico muy intensos, que afectaron significativamente a los cultivares de ‘ciclos cortos’ sembrados durante la primera quincena de diciembre. Estos cultivares fueron cosechados con promedios de rendimiento menores a 1.800 kg/ha.

En cambio, estas condiciones climáticas adversas fueron poco significativas para los cultivares de ‘ciclos largos’ sembrados durante diciembre, ya que los rendimientos promedio obtenidos hasta el momento -con solo el 10% cosechado- registran valores superiores a 3.400 kg/ha.

El avance de la trilla es muy lento debido a las lloviznas persistentes y la elevada humedad ambiental registradas en los últimos 15 días, comentó Lozano. Esta situación obliga al productor a detener la trilla o iniciar la cosecha con valores de humedad, en granos, mayores a 17%.

En las localidades del sur de la provincia la situación es muy distinta. En diciembre no hubo precipitaciones significativas y el mayor porcentaje de superficie se sembró en enero con cultivares de ‘ciclos largos’. Actualmente, estos materiales se encuentran en etapa de madurez fisiológica. En este caso, “la trilla debería iniciarse a partir del 10 de mayo, si es que las condiciones de los campos mejoran, ya que muchos están anegados en algunos sectores o presentan ausencia total de piso para la entrada de maquinarias”.