Se tomó su tiempo, analizó productos y precios, y recién entonces Florencio Arce hizo efectiva la orden de compras de $ 4.500 de Yubrin, obtenida con los Números de la Suerte. Se llevó a su casa de Monteros tres juegos de sábanas (dos de dos plazas y media y uno de una plaza, para regalarle a su nieta), tres almohadas y un juego de toallas y toallones. ¿La frutilla del postre? Un acolchado, al que calificó con una palabra: “precioso”.