El irlandés Seamus Coleman quedó en boca de todos no por un lujo ni por un golazo: el fubolista sufrió la rotura de la tibia y del perone derecho tras una brutal patada de Taylor, en el duelo entre su selección y Gales.

Claro que el árbitro Rizzoli echó al rival, pero ahora Coleman tendrá meses para recuperarse y volver a jugar al fútbol.