Habla pausado, pero seguro. Sobre sus hombros pesa la responsabilidad de sacar adelante un club de fútbol devastado. Plinio David De Nes Filho tiene los ojos húmedos. Parece que no hubiera dejado de llorar nunca desde que el avión que trasladaba a los jugadores del club que el preside se precipito a tierra en Colombia. Pero dice que van a salir adelante. “Chapecoense se levantará y será otra vez grande”, se ilusiona.

LG Deportiva lo encuentra en el Hotel de la Conmebol y no duda un segundo cuando se le pide una nota. “Será un placer”, dice, sin saber que el placer real y la admiración vienen del que deberá hacer las preguntas. Anoche fue un día especial para él. La Conmebol le entregó el trofeo de campeón de la Copa Sudamericana, título al que accedió sobre todo por el pedido de Atlético Nacional de Colombia, el club al cuál debía enfrentar en la final y que en homenaje se negó jugar ese partido.

- ¿Cómo viven este momento?

- Con emoción y tristeza. La tristeza de no poder tener a ellos presentes, que serían los merecedores del homenaje. Nosotros sólo venimos a representarlos. Para nosotros son nuestros hijos, todos los que se fueron son nuestros hijos... y por merecimiento conquistaron todo eso. Hay que darle continuidad al trabajo, llevar otra vez a “Chape” al lugar que se merece nacional e internacionalmente.

- ¿Cómo se reconstruye un club empezando de 0?

- Nosotros tenemos tres prioridades en este momento, Los hinchas sabeb que son varias, pero no podemos ir más allá. No podemos atacar todas ellas en un mismo momento. Primero, debemos ocuparnos de las familias de los que ya no están. Debemos acompañarlos. Luego, girar sobre un departamento de fútbol, con la reconstrucción a través de una comisión técnica, de nuevos dirigentes que están con nosotros, y finalmente el sector financiero, que es extremadamente importante. Nosotros teníamos seis o siete jugadores para poner en el campo, eso estaba definido, pero perdimos un activo representativo que nos coloca en 0. Tenemos una solidaridad muy grande de todos los clubes de América, clubes europeos, la Confederación Brasilera y otras personas para tratar de formar un plantel que pueda jugar nuevamente un torneo para Chapecoense.

- ¿Cómo vivió la solidaridad a nivel mundial?

- Fue impresionante. Estuvieron tan emocionalmente comprometidos que en todo el mundo por cinco minutos cesaron las guerras en homenaje a aquellos que se fueron.

- ¿Qué consejo le daría a un club como Atlético para poder trascender como lo hicieron ustedes?

- A los amigos de Tucumán les contaría que nosotros tenemos una política rígida con la cuestión emocional y que así debería ser en Tucumán. No importan los grandes nombres, de donde sean, lo que tienen que tener en cuenta es que deben dejar todo por la camiseta de Atlético. El resto se verá, pero dentro de la cancha deben ser guerreros para dejar en alto el nombre de su club.

- ¿Cómo ve a Chapecoense dentro de 12 meses?

- Imaginamos que vamos a tener un equipo muy competitivo, y eso lo vamos a demostrar en la cancha. Nos vamos a levantar en homenaje a quienes ya no están...

Des Nes Filho saluda amablemente, da la mano y palmea el hombro del periodista. Gira y sale. Mira hacia adelante. Mira el futuro. Sin olvidarse del pasado.

Sorprendido por el taxista

ASUNCIÓN (Juan Manuel Montero, enviado especial).- Se llama Wilson Bustamente y es el taxista que lleva al periodista desde el aeropuerto hasta el hotel. Una flota de autos Toyota Corolla impecables esperan a los pasajeros. “Esperemos que no haya mucho transito”, dice, sin saber lo que el pasajero vive en las calles de Tucumán. Toma la autopista Costanera, y la pregunta es de rigor. “¿De donde viene?”. “Tucumán”. “¿Por trabajo?”. “Si, por el sorteo de la Libertadores”. Y ahí tira la frase inesperada. “Claro, de ahí es Atlético Tucumán. Buen equipo”. El periodista se cerciora que no haya cámaras “para la joda” y repregunta. “¿Lo conoces?”. “Claro, ahí juega (Enrique) Meza Brítez. Y antes estuvo Fabio Escobar, y Claudio Vargas”... Sabe de lo que habla Wilson.

Para más detalles conoce al “Pulga” Rodríguez, y dice que, cuando lo vio por televisión, le gusto como jugó Atlético. “Esta bien que haya equipos nuevos en la Copa. Esperemos que lleguen a la fase de grupos”.

El tránsito es un infierno. No hay prohibiciones para los giros laterales o en U y la ley del más fuerte se impone. Y como está lleno de camiones ya sabemos quién gana. Hace mucho calor, pero para los tucumanos eso es lo de menos. Con amabilidad Wilson muestra lugares en el paso, habla de Roberto Cabañas, de José Luis Chilavert y tira un “vende humo fracasado y ladrón” cuando recuerda el paso de Ramón Díaz por el seleccionado de su país. Cuando por fin llegamos al hotel, saca medio cuerpo por la ventanilla antes de despedirse y lanza un “ah, también conozco a San Martín de Tucumán, por las dudas”... y saluda con la mano.