El Marapa fue el primer ingenio en terminar la molienda, durante una zafra considerada auspiciosa por los referentes de la actividad. De acuerdo con los cálculos preliminares, el establecimiento del grupo Atanor molió cerca de 63.000 toneladas de azúcar, casi 9.000 más que en la temporada pasada.

Gran parte de las 15 fábricas instaladas en Tucumán pretenden concluir sus moliendas antes de la finalización del mes. En el mercado se especula con que, para diciembre se prevé que Aguilares, Cruz Alta y La Florida sean los ingenios que concluyan.

De acuerdo con los datos preliminares del Instituto de Promoción del Azúcar y Alcohol de Tucumán (Ipaat), hasta el 31 de octubre pasado la cantidad de caña molida en la presente zafra llegó a los 15,4 millones de toneladas brutas contra las 14,57 millones del año pasado.

Respecto de la producción de azúcar equivalente, el total de la actual zafra llega hasta ahora a casi 1,47 millón contra 1,4 millón de la temporada pasada. De acuerdo con los actores de la actividad, la molienda se recuperó respecto del año anterior por la mejora en el clima. “Hubo menos lluvias que en 2015. Además, se percibe un buen ritmo, aunque muchos cañeros e ingenios sostienen que el rendimiento cultural es inferior a lo calculado”, puntualizó un referente consultado por LA GACETA.

El cronograma tentativo que maneja el Ipaat señala que hasta el 15 molerán los ingenios Bella Vista, Concepción, La Fronterita, La Providencia y Leales. Es posible, además, que el Ñuñorco, Santa Bárbara y La Trinidad extiendan su molienda hasta el 20. Un poco más adelante finalizarían el Corona, el Santa Rosa y el San Juan.

Evaluación

“Creo que, en términos de ingresos del sector, esta zafra ha evidenciado una mejoría sustancial respecto del año pasado”, evaluó ayer Julio Colombres, presidente del Centro Azucarero Regional Tucumán (CART).

El industrial azucarero puntualizó que, en el mercado interno, la bolsa de azúcar prácticamente se duplicó respecto de la zafra anterior. Y, en cuanto al azúcar de exportación, subió 10 centavos de dólar la libra y 22 centavos la libra para el azúcar crudo puesto en Buenos Aires. A ello se sumó la devaluación del peso respecto del dólar. “Todo esto hace que el precio de exportación esté más cerca de la cotización en el mercado interno”, puntualizó Colombres. A su criterio, esa situación contribuye a “limpiar el mercado

El industrial también remarcó que, si bien hay ciertos márgenes para que el precio siga recuperándose después de la zafra, “no hay que perder de vista que la zafra ha requerido demasiado esfuerzo financiero a los actores de la actividad”.

Negociaciones

Durante esta zafra, el cambio de manos en algunos establecimientos fabriles han causado conmoción en la economía local. Durante el primer semestre del año, el grupo Arca Continental, la segunda embotelladora de Coca-Cola más grande de América latina, y el Grupo Minetti cerraron el traspaso del ingenio La Fronterita, en una operación que demandó una inversión cercana a los U$S 40 millones.

En septiembre pasado, el Grupo Atanor sorprendió al mercado cuando sus ejecutivos, al participar en el “Mini Davos” que el Gobierno nacional organizó en el Centro Cultural Néstor Kirchner, anunciaron la puesta en venta de los ingenios Concepción y Marapa. “Usaríamos el producto de la venta para crecer orgánicamente en el negocio de la protección de cultivos y estar listos para las adquisiciones oportunistas que puedan surgir de un acuerdo Bayer-Monsanto”, había añadido en esa oportunidad Marcelo Dumanjó, CEO de Atanor, según reveló la agencia “Bloomberg”.

Desde entonces, varios grupos empresariales pugnan por quedarse con dos de los principales actores de la actividad azucarera tucumana. En ese sentido, Ledesma fue una de las corporaciones que manifestó su interés en quedarse con el establecimiento ubicado en Banda del Río Salí. Pero no es el único. También hubo contactos con otras grandes empresas (una de ellas con asiento en Córdoba y otra en Buenos Aires) que pidieron referencia de las fábricas a la venta. En el terreno local, también hay interesados. Uno de los que exteriorizó su deseo de comprar el Marapa fue el empresario supermercadista Emilio Luque. Las conversaciones aún continúan y, hasta el momento, no hay acuerdos cerrados para realizar las millonarias operaciones de traspaso. En Atanor evaluaban no sólo el monto de la operación, sino también la notoriedad de los oferentes, con el fin de que el traspaso sea de una compañía líder hacia otra.