El juez federal Daniel Rafecas investiga una causa, pronta a llegar a juicio, contra un consultor informático de origen cordobés que, entre 2008 y 2012, viajó -estafas mediante- por Aerolíneas Argentinas de manera ilegal.
Con estrategias que incluían un entramado de tarjetas, correos electrónicos y teléfonos, Martín Fumarola logró burlar a las autoridades durante tanto tiempo debido a que compraba los pasajes sólo por tramos y pocas horas antes de viajar.
En total, fueron 30 pasajes entre destinos nacionales e internacionales: Bahía Blanca, Salta, Italia y Brasil, entre ellos. En febrero pasado fue acusado por “defraudación en perjuicio de la administración pública”, luego de que se hallar en su domicilio todo tipo de elementos utilizados para sus operaciones.
Antes, al haber sido descubierto, prometió a Aerolíneas pagar la deuda a cambio de no perder los puntos de viajero obtenido. Los mismos no habían sido pocos, ya que había sido considerado pasajero frecuente. Pidió que le retiren la causa pero nunca más apareció, no fue a declarar y Rafecas lo consideró en rebeldía.
Hoy, Fumarola va camino a juicio oral, con la posibilidad de recibir una pena que va entre dos y seis años de prisión y con un embargo de cincuenta mil pesos a cuestas. En su única declaración, sentenció que la responsable era la empresa “por la negligencia” de seguir vendiéndole los pasajes.
El juez federal Daniel Rafecas investiga una causa, pronta a llegar a juicio, contra un consultor informático de origen cordobés que, entre 2008 y 2012, viajó -estafas mediante- por Aerolíneas Argentinas de manera ilegal.

Con estrategias que incluían un entramado de tarjetas, correos electrónicos y teléfonos, Martín Fumarola logró burlar a las autoridades durante tanto tiempo debido a que compraba los pasajes sólo por tramos y pocas horas antes de viajar, detalla el portal Cba24n.com.ar.

En total, fueron 30 pasajes entre destinos nacionales e internacionales: Bahía Blanca, Salta, Italia y Brasil, por un monto de $ 30.000. En febrero pasado fue acusado por “defraudación en perjuicio de la administración pública”, luego de que se hallar en su domicilio todo tipo de elementos utilizados para sus operaciones.

Antes, al haber sido descubierto, prometió a Aerolíneas pagar la deuda a cambio de no perder los puntos de viajero obtenido. Los mismos no habían sido pocos, ya que había sido considerado pasajero frecuente. Pidió que le retiren la causa pero nunca más apareció, no fue a declarar y Rafecas lo consideró en rebeldía.

Hoy, Fumarola va camino a juicio oral, con la posibilidad de recibir una pena que va entre dos y seis años de prisión y con un embargo de cincuenta mil pesos a cuestas. En su única declaración, sentenció que la responsable era la empresa “por la negligencia” de seguir vendiéndole los pasajes.