HANNES BREUSTEDT / AGENCIA DPA

NUEVA YORK/SAN FRANCISCO.- Apple y Amazon tienen un enemigo común: el precandidato republicano a las elecciones presidenciales en Estados Unidos, Donald Trump, ha amenazado abiertamente durante su campaña electoral a los gigantes de la tecnología. Al principio, el director ejecutivo de Amazon, Jeff Bezos, se burlaba de los ataques, pero ahora ya le habrá pasado la risa. Trump, el magnate inmobiliario con su curioso peinado, se está convirtiendo cada vez más en un riesgo para los negocios de algunas de las compañías más valiosas de Estados Unidos. “Créanme: cuando yo sea presidente, ellos tendrán grandes problemas”, exclamó Trump en febrero durante un mitin electoral en Texas. La amenaza iba dirigida contra Amazon, la compañía de comercio electrónico más grande del mundo, y su jefe, Jeff Bezos. Trump acusa al empresario multimillonario de haber comprado el prestigioso diario estadounidense “The Washington Post” para ahorrar impuestos y convertirse en un líder de opinión para defender sus propios intereses. Hace poco Trump dio el siguiente golpe. En la emisora televisiva Foxnews afirmó que Amazon tiene “un gigantesco problema por su monopolio” y exigió que las autoridades antimonopolio presenten una demanda judicial contra la compañía. Esta vez, Bezos solo respondió a media voz que el estilo de Trump no es apropiado para un candidato presidencial.

Anteriormente, Trump ya le había echado una bronca a Apple. El aspirante republicano, de 69 años, anunció que como presidente obligaría a Apple a producir exclusivamente en Estados Unidos. “Vamos a obligar a Apple a fabricar sus malditas computadoras en este país”. Cuando el director ejecutivo de Apple, Tim Cook, se enfrentó al FBI por su negativa a permitir el acceso a la contraseña del iPhone de un presunto terrorista, Trump soltó una nueva andanada: “Boicoteen a Apple hasta que revele la contraseña”, bramó el precandidato republicano, aunque en realidad debería saber que Apple ni siquiera puede acceder a la contraseña.

Sin embargo, el conflicto no solo gira en torno a la protección de datos y la defensa ante el terrorismo: cuando durante su reciente visita a la India le preguntaron por su opinión sobre la propuesta de Trump de restringir la entrada de musulmanes a Estados Unidos, Cook no aprovechó la excelente oportunidad para atacar al republicano y se limitó a afirmar que la fuerza de su empresa reside en la diversidad.

Sin embargo, los gigantes de Sillicon Valley también están buscando un enfrentamiento más directo con Trump. Al parecer, ya han sondeado las vías para impedir la elección de Trump como presidente. El diario “The Huffington Post” informó en marzo que a tal efecto se había celebrado una reunión a la que habrían asistido, entre otros, el fundador de Google, Larry Page, el director ejecutivo de Tesla, Elon Musk, y el propio Tim Cook. Sin embargo, Cook desmintió en Twitter que la reunión hubiese sido convocada para discutir el caso Trump. No es ningún secreto, sin embargo, que el multimillonario neoyorquino no es precisamente un personaje popular en Silicon Valley. El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, se permitió en abril lanzar un ataque indirecto a Trump advirtiendo sobre las “voces del miedo” que llaman a construir muros y a marginar a ciertas personas. Una indirecta contra Trump y su promesa electoral de levantar un muro en la frontera con México para impedir la entrada de inmigrantes. La marcha triunfal del polémico candidato, que debe su éxito no en último lugar a innovaciones tecnológicas como las redes sociales, está poniendo a los grandes de Sillicon Valley a la defensiva.