En Yerba Buena, el ballotage presidencial transcurrió, al menos hasta ahora, en un clima de tranquilidad y de poco movimiento. Inclusive se observa menos concurrencia que para las elecciones presidenciales del pasado domingo 25 de octubre.

Para empezar, si alguien alquiló vehículos para el acarreo de ciudadanos, se cuidó de que eso pasara inadvertido, pues no se vieron autos con identificaciones ni demasiados taxis en circulación. Tampoco se animaron a desplegar punteros. Y, a la vista, nadie repartió bolsones.

En las escuelas Justiniano Frías Silva -en San José- y Salobreña -en la avenida Perón al 700-, por ejemplo, no hubo ni colas, ni atascos vehiculares ni patios atestados de votantes. Al contrario, quienes concurrieron a votar entre las 8 y el mediodía se desocuparon en pocos minutos.

También en los colegios electorales de la ciudad cabecera, como Boisdron, San Patricio, El Salvador y Comercio Miguel Lillo las escenas fueron de calma.


Este paisaje contrasta con el que presentó la ciudad piedemontana en las PASO y en las elecciones provinciales del 23 de agosto. En esas oportunidades, los bolsones y el acarrero de votantes se realizaron a la vista de todos en los alrededores de las escuelas, especialmente en San José.