La madrugada reventará de canciones y melodías en tres complejos de cine. Poca formalidad quedará en las salas con alfombra y butacas tapizadas cuando Carlos Alberto Indio Solari salga en pantalla grande con su película y comience una nueva misa con sus fieles, esta vez a la distancia. El espacio cerrado se transformará, ritual mediante, en un sitio de comunión musical, que reflejará con precisión el contenido dual de esta palabra: común, en tanto que es de muchos; unión, por la posibilidad de estar juntos.

“Voy a ir porque me gusta su música y por lo que genera en mí. No es un par de notas o un tema de moda: escribe sobre historia, sobre culturas, sobre la sociedad. Y eso te lleva a que leas, pienses, interpretes. Te abre la mente en muchas cosas. No es sólo música, es una forma de pensar”, afirma Flor Berón, una activa participante de la movida indiana en Tucumán.

Con su grupo estarán presentes en las salas Sunstar, en el shopping Portal del Cerro. Para no quedarse sin entradas, van a comprarlas lo antes posible (se venden sólo hoy), aunque se queja anticipadamente de que sean sólo dos funciones. 

Quienes estén en Yerba Buena también podrán a concurrir a los Cines del Solar con sus remeras y sus banderas (consigna de la convocatoria y elementos de identificación cuasi obligatorios), mientras que los fanáticos del centro de la capital confluirán en el Atlas. Allí estará Matías Joaquín Avendaño con su novia. “Al principio me imaginaba como un ambiente muy raro, al estar escuchando al Indio y no poder cantar, saltar, estar sentado en una butaca; pero por lo que me comentaron será una fiesta en la que todos salten y canten y así poder disfrutarlo un poco más, porque esta abstinencia de misa ya nos tiene mal”, explica.

Avendaño ya vio el adelanto de la película, que dirigió el propio Solari y en la que se registra el recital de cierre de su gira Porco Rex con su banda, Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, filmado en el Estadio Único de La Plata en 2008. Para el documental de 113 minutos se emplearon 12 cámaras, un “cóndor cam” y un helicóptero para tomas aéreas, todo en calidad HD y con sonido mezclado en los estudios Abbey Road. “Es bastante llamativa por la definición de las cámaras, el sonido y el profesionalismo que tiene atrás. Me va a llevar a recordar las horas previas a sus misas, todo lo que sacrificamos para unirnos en un solo sentimiento”, destaca Avendaño, quien de sus 23 años de vida lleva 14 escuchando los temas del músico, desde la época de la separación de la mítica Patricio Rey y Los Redonditos de Ricota.

Aun quienes no comparten el mismo entusiasmo ni estarán en las salas coreando las letras de las composiciones clásicas, destacan la figura de Solari. Gustavo Parrado, especialista en mezclar la música con el humor y que se reconoce como distante del rock ricotero, lo menciona como “un ícono del verdadero rock argentino, dueño de una voz única y de un estilo muy particular que acompaña a una forma de expresión y a una poesía personal que manejan mucho los jóvenes”.

Desde el folclore, las opiniones son similares. Cristian Paisa Romano identifica a “Ji, ji, ji” como uno de los mejores temas de la historia. “No me identifico con su estilo, pero es una persona muy importante. Todo músico que mueve popularidad merece respeto, porque dejó un legado. Culturalmente hablando, para muchos es como el Diego Maradona del rock”.

El flautista Jorge Ruiz de Huidobro reconoce que no le gustaba la banda de Los Redondos cuando estaba en la cima. “La empecé a descubrir después y encontré cosas interesantes, como una propuesta contestataria que generó un vínculo con el público, más allá de la difusión de los medios masivos”, resume.

Unos y otros; ricoteros de la primera hora o recién llegados al mundo de Solari; fieles devotos u observadores críticos; nadie queda indiferente a una propuesta que pasa del vivo y directo a la pantalla grande. Una misa en diferido, pero para celebrar.