La superposición de calendarios apenas si le dejó tiempo a Cardenales para festejar la consecución del Torneo del Interior. La pregunta era si el “purpurado” sería capaz de desconectarse completamente de aquella revancha cuatro veces postergada y enfocarse en su regreso al Regional. La respuesta es que sí, pero le costó un Perú. Y en eso tuvo mucho que ver esta renovada versión de Jockey Club, más ambiciosa, con mayor confianza en sí misma, al punto de jugarle de igual a igual al flamante monarca del Interior en su casa.

Pero claro, cuando el asunto está parejo en cuestiones de trazo grueso, cobran valor las moneditas, los detalles que parecen mínimos en el durante pero que al final terminan por inclinar la balanza. Al momento de pesar los errores, los del “cañero” ganaron por cantidad, y el “purpurado” se impuso por 26-23, resultado que lo deja como único escolta de los líderes Universitario y Lince, mientras Los Tarcos no diga lo contrario hoy.

Para definirlo en una oración, se podría decir que fue una pulseada de 80 minutos, en la que ninguno aflojó. Durante el primer tiempo, hubo un muy buen trabajo del pack visitante en el line y en el scrum, formación en la que casi nadie le hace frente a Cardenales. Sin embargo, Juan Simón dejó parada a la defensa a la salida de un ruck y apoyó el primer try de su equipo, que de todos modos se fue al descanso 9-7 abajo por la efectividad de José García Ibarra para acertar los tres penales que tuvo.

Como la semana pasada ante Los Tordos, un try apenas iniciado el segundo tiempo fue clave para “nales”. Jockey llegó a empatarlo con tries de Lucio Ganassin y Pedro Ricci, pero sus continuas infracciones en defensa fueron bolsas de tres puntos para Cardenales. Y, de hecho, ésa fue la diferencia final.