Zapatero a tus zapatos. Pero a veces las invitaciones son deliciosas. “Vengan y de paso lo prueban”, dijo Ricardo García, el dueño de uno de los dos DD2 que hay en Tucumán. Allá fue un equipo de LG Deportiva. Y se encontró con una máquina deliciosa.

Cuestión profesional, quien esto escribe pidió primero manejar un kart Rotax tradicional. Luego se subió al DD2. Y remató la experiencia manejando una máquina indoor. Y bueno, el único punto de comparación es que los tres aceleran en la misma pista y son, en esencia, karts. El DD2 tiene suavidad y brutalidad en sí mismo; armonía de líneas, solidez en el andar. Parado, es lava contenida en un volcán; en marcha, un bocado capaz de llevarlo a uno a sentir la gula de no querer bajarse más.