BUENOS AIRES.- Del partido de ida entre Boca y River por una de las semifinales de la Copa Sudamericana  era mucho lo que se esperaba, aunque al final del camino fue muy poco lo que se recibió.

En el superclásico ambos propusieron muy poco, fue más lo que se pegaron que lo que jugaron, y eso quedó claramente evidenciado en el cartón amarillo del árbitro Silvio Trucco, “cancha” en la que River goleó por amplio margen a Boca.

Fueron siete los jugadores del Millonario que terminaron amonestados luego del Superclásico, y eso puede incidir en una probable final si es que los dirigidos por Marcelo Gallardo terminan superando a los de Rodolfo Arruabarrena, que cerraron la noche con tres amarillas.