¿Cómo se sobrevive al infierno, cuando falta agua y la energía eléctrica escasea? ¿Qué podemos esperar para los tórridos meses por venir? Estas preguntas, que parecen obvias, son claves para la doctora en Meteorología Matilde Mónica Rusticucci, actual investigadora del Conicet y directora del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos de la UBA.

En diálogo con LA GACETA, la experta señaló que el hombre, cuando usa petróleo, emite cada vez más cantidad de gases que tienen efecto invernadero. “Esos gases atrapan la energía que sale de la Tierra y, en consecuencia, sube la temperatura. Los gases están naturalmente en la atmósfera, pero desde que el hombre usa petróleo, aumentaron drásticamente el dióxido de carbono y los gases de efecto invernadero”, señaló la especialista, que estuvo en Tucumán para disertar en el Congreso de Calidad Turística.

En este sentido, la experta vaticina un futuro bastante sombrío. “Entre 2016 y 2030, la temperatura aumentará en todo el país entre medio grado y un grado. Y esto, que parece poco, no lo es. De hecho, desde 1900 hasta el presente, la temperatura global aumentó un grado; y lo que estamos proyectando es el mismo aumento pero en sólo 15 años”, adelantó.

Cambio de actitud
Por eso, según Rusticucci, la toma de conciencia es fundamental. “Las personas se tienen que adaptar a las nuevas temperaturas. La noches ya no refrescan, y tendremos jornadas cada vez más cálidas porque estamos en un círculo vicioso: al hacer más calor necesitamos refrigerarnos; y el uso de aire acondicionado despide gases de efecto invernadero, lo cual recalienta aún más la atmósfera”, comentó.

Pero no sólo irá en aumento la temperatura, sino también la lluvia; sobre todo en el NOA, donde -según pronosticó- no habrá sequía. “El agua no va a faltar en el país. Lo que pasa es que hay un derroche de agua. Y potabilizarla resulta cada vez más caro porque requiere gastar energía. Por eso, insisto, hay que ahorrar energía”, agregó.

Claro que el aumento de la temperatura no será un fenómeno regional, sino que afectará a todo el país. “El calor crecerá en todo el país. También subirán las lluvias, sobre todo en el centro del territorio nacional. Sin embargo lloverá menos en el oeste, en el NOA y en la Patagonia. En estas regiones, hará más calor, estará más seco y habrá menos disponibilidad de agua”, señaló. E instó a pensar cómo el clima afectará las distintas actividades turísticas. “El turismo de invierno, por ejemplo, se verá perjudicado porque habrá cada vez menos días de nieve y por lo tanto, a la larga, se irán empobreciendo las pistas de esquí. Y, en el futuro, tendrán que buscar otras actividades alternativas”, enfatizó. Algo similar sucederá en la costa argentina. “En las playas hace varios años que se registran temperaturas cada vez más extremas y tormentas cada vez más frecuentes. Por lo tanto empieza a haber menos días de playa. ¿Qué hacer entonces? Pues, pensar en otras actividades....”, sugirió.

En cuanto a los consejos, la experta fue muy clara: “La gente debe ser educada y darse cuenta que no debe usar el lavarropas todos los días para evitar el sobregasto de energía y disminuir el calor. Para que el planeta seamás sustentable debe haber más conciencia”, concluyó.