SANTIAGO DEL ESTERO.- Mauro López Banegas, el niño de siete años que se intoxicó con purpurina, fue alimentado con 200 cc de leche a través de una sonda esta mañana, lo que encendió una luz de esperanza respecto a la evolución del niño. Médicos de la sala de terapia intensiva del Centro Provincial de Salud Infantil (Cepsi) se mostraron optimistas ya que el alimento fue tolerado perfectamente por el pequeño, a pesar de su delicado estado.

Mauro permanece en estado crítico, aunque ayer médicos del Hospital de Niños informaron que lograron detener el deterioro del organismo del niño al lograr oxigenar su sangre tras limpiar los pulmones de los restos de purpurina aspirada, informó el diario "El Liberal".

El niño fue internado el pasado sábado, luego de haber aspirado purpurina mientras jugaba con un silbato de plástico en su casa. "Al ser un producto que contiene cobre y plomo, considerados metales pesados, produce un tapizamiento e impide que el oxígeno pase a la sangre", explicaron los médicos.