"El futuro llegó hace rato", decía el Indio Solari, y la afirmación parece confirmarse definitivamente en una fotografía tomada en la localidad de Melilla, España. Al igual que en tantas películas apocalípticas que muestran hordas de marginales que avanzan sobre territorios de la población con mayores recursos, la imagen revela la tensión social que se vive en la ciudad española, que comparte fronteras con Marruecos, África. 

Ayer, entre 400 y 500 inmigrantes protagonizaron un nuevo intento de entrada a Melilla, el segundo en 48 horas, y alrededor de 80 subsaharianos permanecen subidos a la parte alta de la valla en dos puntos distintos, alejados varios cientos de metros, destaca Abc.es. Lo singular es que la situación se viven en una de las zonas más opulentas de Melilla, como es el campo de golf situado junto a la valla que separa la ciudad española de Marruecos.

El Gobierno aún no precisó las cifras oficiales de cuántos inmigrantes intentaron el salto ni de cuántos han logrado pasar, pero, según fuentes policiales consultadas por Europa Press, más de una docena consiguió sortear tanto la doble valla como el dispositivo policial, aunque este número puede ser más elevado a medida que avance el día.

Melilla lleva meses sufriendo una extrema presión migratoria que ha convertido 2014 en el año que mayor número de entradas de inmigrantes registró. El último suceso de este tipo se vivió el lunes, día 20, cuando unos 60 subsaharianos accedieron a la ciudad en varios asaltos. Cinco días antes, el miércoles 15, la ciudad vivió uno de los asaltos a la valla fronteriza más violentos, que provocó heridos tanto entre los guardias civiles como entre los inmigrantes.