La escena es compleja: los solistas al centro, mientras el escenario se va poblando de guardias cantando al unísono y en tono marcial que dictamina, desde el foso, la batuta del director general. En la platea, el regisseur corre desplegando los brazos como alas, y desde una butaca el director del coro marca el ritmo. Un chiste de Don Bartolo desata carcajadas en la oscuridad de la platea; un aria de Rosina, aplausos.

Es el ensayo general de “El barbero de Sevilla” en el teatro San Martín. Todo es ajuste y tensión, de la escenografía a las luces, del vestuario al maquillaje. No es para menos: hace 35 años se la montó por última vez en Tucumán con producción local y esta noche la ópera bufa de Gioachino Rossini abrirá el 54° Septiembre Musical.

A través de sus dos actos, la acción no decae gracias a la música de Rossini y al libreto de Cesarre Sterbini, basado en la comedia de Pierre Agustin Caron de Beaumarchais. Esta vez la regie y la adaptación son de Jorge de Lassaletta; Emir Omar Saúl es el director general y Ricardo Sbrocco es responsable del Coro Estable, en voces masculinas. Hay 200 artistas en escena, entre protagonistas, figurantes de la Facultad de Teatro de la UNT, músicos y cantantes de la Orquesta y Coro Estable. Alicia Rodríguez es la pianista acompañante.

Protagonistas
A Fígaro, el barbero, le pone la voz el tucumano Gustavo Ahualli. María Luján Mirabelli es Rosina; el Conde de Almaviva es Carlos Ullan y Don Bartolo, Luciano Miotto. En los roles secundarios cantan los tucumanos Alfredo Tiseira (Don Basilio), Víctor Gutiérrez (Fiorello); Claudia Manrique (Berta) y Ricardo Exequiel Ceballos Sal (Ambrosio).

¿Por qué hay que ver El Barbero a 200 años de su estreno? Porque mantiene la vigencia de una obra maestra de la comedia dentro de la música.

SE ESTRENA HOY

• A las 21, en el Teatro San Martín (Av. Sarmiento y Muñecas). Otras funciones: 2, 4, 6 y 7 de septiembre.