Los pasos que debe seguir la Policía ante una situación de riesgo protagonizada por una persona con problemas de adicciones o salud mental quedaron establecidos en un manual. Se trata de un protocolo policial elaborado por la Legislatura, en conjunto con los ministerios de Seguridad Ciudadana y de Salud, además de la secretaría de Prevención y Asistencia de las Adicciones.

“Es muy importante este protocolo porque, como policías, somos los primeros en llegar”, afirmó el comisario Dante Bustamante, jefe de la fuerza. Y adelantó que se van a dictar cursos para capacitar al personal de acuerdo a los pasos que establece este protocolo, que fue presentado oficialmente la semana pasada.

“En octubre habrá una capacitación para el personal del 911”, anunció, por su parte, la legisladora Graciela Suárez. Según resumió la presidenta de la comisión de Acciones Preventivas y Asistencia de las Adicciones, los primeros pasos, al llegar al lugar del hecho, consisten en llamar al personal médico del 107 y al 911 para solicitar refuerzos.

Después -establece el protocolo- el personal policial debe tomar contacto con la persona afectada y retirar armas, drogas o medicamentos de su alcance. “Se recomienda un estilo de comunicación calmo y seguro, además de evitar el uso de armas”, agrega el manual.

Ya con el equipo de salud en el lugar del hecho, el siguiente paso es acompañar a la persona hasta el hospital donde se la traslade. En caso de que la persona asistida haya cometido algún delito, los policías deben dejar constancia de lo sucedido en el destacamento policial del centro de salud en cuestión y en la comisaría de esa jurisdicción.

Emergencias

Juan Masaguer, jefe de Emergentología del Siprosa, remarcó que de cada 2.500 llamados que reciben en el Sistema de Emergencias 107 cerca de 600 son por problemas de salud mental, por lo que destacó la importancia de que se haya elaborado este manual.

“Celebro esta iniciativa, vamos a colaborar un 100% con ellos (los policías)”, expresó Massaguer. En ese sentido, se refirió a las condiciones de seguridad del personal médico. “Entrar a zonas vulnerables también nos hace vulnerables a nosotros en cuanto a nuestra propia seguridad. Esto también va a ayudar a que cada uno sepa cuál es su tarea y cuál es su responsabilidad en la intervención”, añadió.

Por último, la legisladora Suárez concluyó que lo que busca el protocolo es adecuar las intervenciones a las normativas internacionales en materia de Derechos Humanos y la Ley Nacional N° 26.657 de Protección de Salud Mental.