Las parodias de películas siempre tuvieron un público fiel, sean propuestas de alta calidad como las efectuadas por Mel Brooks sobre “La guerra de las galaxias” o el grupo ZAZ (Zucker-Abrahams-Zucker) con “Top secret” o la zaga de “¿Dónde está el piloto?” o las más recientes, que transcurren en una sucesión de gags que ya parecen haber sido vistos en sátiras anteriores.

Los amantes del género lo disfrutan igual, más con una propuesta como “Inactividad paranormal”, que en su título en inglés se presenta desde el inicio como una secuela: originalmente se llama “A haunted house 2” (“¿Y dónde está el fantasma 2?”, nombre alternativo en castellano). Para que nadie se llame a sorpresa, el argumento tampoco se presenta como un alarde de originalidad.

La película es la historia de Malcolm, quien intenta rehacer su vida luego del trágico accidente en el que falleció su novia Kisha, quien estaba poseída por fuerzas malignas. Enamorado de Megan, una madre soltera con dos hijos, se van a vivir juntos, pero son víctimas de las particulares y risueñas venganzas de la prometida muerta, quien regresa de la tumba para que nadie la olvide jamás mientras se produzcan los extraños fenómenos paranormales a los que hace referencia el título en castellano.

La cabeza de elenco es el siempre gesticulador Marlon Wayans, autor también del guión de esta propuesta de risa fácil, acompañado por Essence Atkins como la novia fallecida (y despechada). La dirigió Michael Tiddes, quien debutó en la entrega anterior.