Las muertes de las turistas francesas Cassandre Bouvier, de 29 años, y Houria Moumni (23) serán el centro del debate a partir de hoy en Salta. El juicio oral contra Gustavo Lasi, Daniel Vilte Laxi y Santos Vera (por doble homicidio calificado con abuso sexual), y contra Omar Ramos y Antonio Sandoval (por encubrimiento) comenzará hoy en la Sala II de la Cámara Penal en la Ciudad Judicial y se extenderá hasta mayo.

El asesinato, que conmocionó a Salta y al país, ocurrió el 15 de julio de 2011 en el mirador de San Lorenzo, un paraje con amplia vista al valle salteño ubicado sobre la quebrada de San Lorenzo, al oeste de la ciudad de Salta.

Cassandre y Houria habían hecho esa tarde la caminata de 1,9 km por sendas en la montaña hasta el Mirador y allí fueron sorprendidas por los asesinos. “Las violaron, las mataron y se llevaron las cosas” dijo el ex juez de instrucción Martín Pérez (hoy camarista), que investigó la causa. “Pienso que el primer objetivo fue el abuso sexual, que las chicas se han defendido -Cassandre Bouvier era una chica de carácter... creo que se les debe haber plantado... y ellos la violaron con mucha violencia física, con mucha agresión, estaban muy lastimadas las chicas. Y después (los asesinos) se han visto complicados y las ejecutaron”.

Nadie supo de la desaparición de las jóvenes hasta dos semanas después, el 29 de julio, cuando un turista chaqueño halló los cuerpos. Cassandre y Houria habían dejado en la casilla de entrada al complejo turístico sus nombres y el del hostal donde se alojaban -el Hostal del Cerro, en el centro de la ciudad- y en ese hospedaje estaba una notebook de una de ellas, en la que constaba el número del teléfono que ella usaba, y que se habían llevado los asesinos.

Como en la quebrada de San Lorenzo hay countries, residencias de descanso, restaurantes e intenso movimiento turístico, el caso tuvo amplia repercusión y se tejieron diferentes hipótesis: que el crimen estuvo relacionado con fiestas VIP, con hijos del poder, con unos cordobeses que se habrían contactado con las chicas, con bandas dedicadas al asalto. El juez Pérez dice que ellos investigaron y desecharon esas pistas mientras buscaban los rastros del celular, hasta que lo encontraron en la casa de Fernanda Cañizares, novia de Gustavo Lasi. Él le había dado el celular y la cámara de fotos de las turistas, y cuando fueron peritadas, según relata el juez del caso, hallaron en la memoria de la cámara las fotos que habían sacado las jóvenes hasta el momento en que fueron atacadas.

Lasi confesó ante el juez e incriminó a los otros dos. Dijo que él había llevado una carabina de su padre para ir a cazar y que se encontró con Vilte Laxi y con Vera en otra subida (más escarpada) al Mirador. Que estos habían estado bebiendo “Yerbiao” (mate con alcohol y que ellos atacaron a las turistas y las violaron y que “lo obligaron” a violarlas. El juez Pérez afirma que los procesó como coautores a los tres, “que participaron de la violación, del homicidio y del robo”. Los otros dos niegan la acusación y dicen que Lasi es un mentiroso, que había problemas entre sus familias (que viven en las cercanías del lugar del crimen) pero hay pruebas de ADN que involucran a Lasi y a Vera, y Vilte Laxi está involucrado, entre otras cosas, por el revólver calibre 22 usado para matar a una de ellas.

En cuanto a Omar Ramos y Antonio Sandoval, dos lugareños, están acusados de encubrimiento por haber ocultado la carabina usada para matar a una de las jóvenes.

El caso tiene algunos puntos oscuros. El fiscal que investigó tenía la hipótesis de que se trataba de una banda que asaltaba a turistas y que debió haber otro integrante del grupo que avisaba a los agresores cuando había posibles víctimas. El juez dice que cree posible que existiera la banda asaltante de turistas pero que nunca se comprobó que hubiera otro agresor. También hubo dudas con respecto al lugar y al momento en que fueron asesinadas. Los cuerpos fueron encontrados dos semanas después de la desaparición y prácticamente no estaban descompuestos. El juez piensa que se debió al clima helado de la época (días antes había nevado en la zona).

También ocurrieron después dos muertes raras: la del jefe de la Brigada de Investigaciones, Néstor Píccolo, quien se suicidó en octubre de 2011, y la de Luis Sarmiento, quien había dicho que la Policía había “plantado” un arma en casa del principal acusado, y que fue apuñalado en un episodio confuso en octubre de 2013.

Además, en otras pericias que se hicieron (en la Argentina y en Francia) se determinó que había huellas de ADN de otras personas, lo cual será analizado en el juicio.

El padre de Cassandre tiene dudas que, al parecer, expondrá en las audiencias (ver entrevista). Se espera que en la primera semana den su testimonio familiares de las víctimas y se invitará a los acusados a dar su versión de los hechos. Luego habrá muchos testimonios de vecinos, policías y peritos: unos 200 en total.

El caso es emblemático de la inseguridad en nuestro país. El juez Pérez, que lo considera resuelto, afirma que los informes psicológicos y ambientales “son lapidarios para los tres”. “Por ahí pienso que ellos venían desde hace tiempo dedicados a robarles a turistas en ese lugar... conocen el lugar mejor que nadie, conocen el turismo porque lo han hecho, saben el horario y saben el peligro, ellos esperaban el momento”, señaló.