El novio de Paulina Lebbos fue sospechoso del crimen, ejerció el rol de querellante y decidió desentenderse de la causa. Víctor César Soto pasó por distintos estadios en la investigación, y a mediados del año pasado presentó un escrito al fiscal Diego López Ávila, con el que abandonaba el rol de querellante que le había dado el anterior fiscal a cargo de la investigación, Carlos Albaca, en representación de la hija de Paulina. “He perdido interés en la causa”, afirmó en 2010 a LA GACETA, en la última vez que habló con la prensa. La relación del muchacho con la familia de Paulina nunca fue buena, y desde que ocurrió el crimen que no ve a su hija. Incluso, no lo dejaron asistir al velorio de su novia.

La casa de Soto fue allanada a los pocos días del crimen. Algunas de las muestras recolectadas en ese lugar serán analizadas recién ahora, luego del estudio realizado por un equipo interdisciplinario de Gendarmería Nacional.