En febrero de 1924, la Universidad Nacional de Tucumán decretó la apertura de un Instituto Técnico que dependería directamente de la institución y que vendría a ampliar la oferta académica, brindando así mayores oportunidades de crecimiento para los jóvenes tucumanos que quisieran tener estudios secundarios especializados.

Con este espíritu, se abrieron las matrículas para dos importantes titulaciones: la de Perito Mecánico y la de Perito Electromecánico. Ambas contaron desde sus inicios con un plan de estudios que incluía materias como Aritmética, Geografía, Dibujo Geométrico, Física Experimental, Química y diversos talleres distribuidos a lo largo de cinco años, tras los cuales el graduando podía presentarse con la titulación correspondiente en la Facultad de Ingeniería para completar allí sus estudios.

Fuente: Archivo Histórico de la UNT