A las 18.53, las puertas del garaje de la guardia policial de la sede penal de tribunales se abrieron para que ingresara un auto de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Un hombre bajó esposado, con la cabeza gacha, e ingresó a la alcaidía. Vestía una remera gris, jogging azul y zapatillas.

Quince minutos más tarde, el detenido fue llevado al primer piso del edificio, donde está la oficina que fue habilitada a mediados de año para el equipo que lleva adelante la investigación del crimen de Paulina Lebbos, ocurrido el 26 de febrero de 2006. El hombre, de 34 años, declaró ante el fiscal de Instrucción de la IV° Nominación, Diego López Ávila, asistido por el abogado Ricardo Soria.

Según pudo saber LA GACETA, el detenido está acusado de haber privado de la libertad a Paulina y luego matarla. Las pruebas recolectadas en los últimos meses permitirían sospechar de su participación en el hecho, según comentaron fuentes de la fiscalía.

En la mañana de ayer, López Ávila solicitó que el hombre sea detenido. Al mediodía, el juez de Instrucción de la III° Nominación, Juan Francisco Pisa, hizo lugar al pedido. Lo detuvieron alrededor de las 16, cuando estaba en su trabajo.

Incomunicado

El acusado declaró durante casi cuatro horas. Alrededor de las 23 se suspendió la indagatoria, que continuará hoy a la mañana. El fiscal decretó el secreto de sumario y la incomunicación del detenido. Ayer al mediodía, la Corte Suprema de Justicia firmó una acordada por la que se dispuso que la alcaidía de los tribunales penales sea el lugar de alojamiento del sospechoso. A la siesta, el ministro Fiscal Luis De Mitri comunicó la decisión a la guardia policial.

A pesar de ser un lugar que depende de la Policía provincial, la PSA tendrá a su cargo la custodia del detenido. La decisión fue tomada, dijeron fuentes judiciales, luego del pedido de López Ávila, quien no quiso que el sospechoso sea alojado en una comisaría.

Lo único que pudo conocerse, es que el nombre del acusado no estaba en el expediente hasta hace un par de semanas, cuando los informes técnicos arrojaron un dato que parece contundente para el equipo que lleva adelante la investigación.

Una vez que finalice la declaración del detenido, el fiscal avanzaría con nuevas medidas. La fuente consultada indicó que no se descarta que solicite más detenciones.

Años de impunidad

Paulina desapareció el 26 de febrero de 2006, luego de haber salido de bailar en un boliche de El Abasto. Tomó un remise con su amiga Virginia Mercado, quien se bajó en La Rioja al 400, y siguió viaje, supuestamente hasta la casa de su novio, César Soto. El cuerpo de la joven fue hallado el 11 de marzo a la vera de la ruta 341, en la localidad de Tapia.

Durante siete años, la causa (investigada sucesivamente por los fiscales Alejandro Noguera y Carlos Albaca) no tuvo ninguna hipótesis firme, y en el último tiempo parecía estar sin movimiento. Tras un duro informe del Programa Nacional de Lucha contra la Impunidad, Albaca se apartó de la causa en junio de este año, quedando la investigación a cargo de López Ávila.

El nuevo fiscal armó un equipo integrado por Constanza Vázquez, Guillermo Taylor y Mariana Stein, quienes se instalaron en el búnker habilitada para la investigación del caso. Durante cuatro meses, estudiaron el expediente, pidieron nuevas pruebas y tomaron más de 50 testimonios. Así, llegaron al acusado que fue detenido ayer.

Además, el equipo avanzó con la investigación del presunto encubrimiento del crimen, que viene denunciando Alberto Lebbos, el padre de la víctima. Esa será otra etapa de las medidas que tendría preparado el fiscal.

Proteger la investigación

"Esta etapa es fruto de las pruebas que aportamos con Alberto Lebbos, y de las que produjo el fiscal", afirmó el abogado querellante Emilio Mrad, quien se declaró expectante por el avance de la investigación.

"Tenemos que proteger la investigación que se realizó y cuidar que el fiscal y al equipo que viene llevando adelante esto, para que no tengan ningún tipo de presión. Se va a demostrar que con Lebbos queremos que se conozca la verdad, y que caigan los homicidas y encubridores. No estamos detrás de ninguna maniobra política, como pretendieron mancharnos desde el Gobierno", agregó Mrad.

Tanto Lebbos, como su abogado, dijeron que no harán declaraciones mientras dure el secreto de sumario.