A esta hora, las 21.45, con los resultados provisorios que provee el Ministerio del Interior, podemos afirmar que el gran derrotado en Tucumán es el gobernador José Alperovich y que el gran triunfador de estos comicios es el senador radical José Cano. Si bien las bancas se distribuirán dos y dos, se hablará de un pésimo resultado para el oficialismo y de un gran final para la oposición, especialmente si nos atenemos a los datos de las primarias de agosto, donde la Casa de Gobierno se quedaba con tres de las cuatro bancas. ¿Qué cambio de esa fecha hasta ahora como para que en vez de crecer, el alperovichismo perdiera un diputado? Ya no se puede hablar de "traiciones" propias del folclore peronista -hasta ahora, claro- sino de que la gente vio en Cano una figura de recambio. O por lo menos, la campaña del radical fue más efectiva que la del Ejecutivo. Alperovich ya dio la cara y festejó haber ganado. Las caras decían otra cosa. No pudo cumplir con el kirchnerismo, para quien perdió una banca. No hizo bien los deberes y deberá temer a lo que puedan hacer los "K" para castigarlo. Aunque para él, el cristinismo quedó muy golpeado, debilitado como para ejercer presiones sobre las provincias que no hicieron lo que debían: darle más bancas, no un triunfo que termina en empate.