En el golf, felicidad es eso que se siente cuando se emboca la pelota de campeonato (bajo presión de play-off) con un birdie. Que lo diga Sebastián Fernández, ganador de punta a punta del torneo "Andrés Romero Invitational". El porteño, al llegar al green del hoyo 18, ya sabía que César Costilla había cerrado una ronda excelente, algo que lo estaba obligando a dar ese plus que deben dar quienes quieren ser campeones. Y lo hizo. Un corto tiro desde cerca de un metro le aseguró la corona, una más en Tucumán después del Abierto del Norte que logró en 2011, y con ello el porcentaje mayor de la bolsa de $250.000 que entrega el torneo del Tour Argentino de Profesionales.

Fernández apenas cerró su faena recibió un cerrado aplauso del público y un abrazo del anfitrión, Andrés Romero, que jugó la última ronda junto con el campeón.

"Uno juega y trabaja para tener jornadas como las que viví en Tucumán. No era sencillo: había muy bueno jugadores y sobre todo estaban los locales, de lo mejor que hay en el país. Me siento muy satisfecho y feliz por lo que conseguí" contó "Sebas" a LG Deportiva, apenas entregó su tarjeta.

Final feliz para el jugador de 40 años pese a que empezó mal el día: falló en el green en el 1 y en el 2 y marcó bogeys. Pero si hubo quienes pensaron que eso habría de condicionarlo, se equivocó. "Busqué la manera de acomodarme después: en realidad no podía meter nada pero no me desesperé. Volví a caer con otro bogey en el 11 y a partir de allí logré recuperar la imagen de los primeros días: sumé entonces cinco birdies, incluido el del final", contó el ganador. Costilla anduvo a puro birdie (ocho en total, con apenas un bogey) y metió presión al líder. Y mientras "Sapo" se convertía en seria amenaza para Fernández, "Pigu" (que había empezado el día 2°) no terminaba de despegar y César Monasterio y el paraguayo Carlos Franco perdieron precisión con respecto a días anteriores.

Con ese panorama, Fernández aceitó su pulso en el approach y en el putt y se encaminó a un festejo que le viene muy bien, luego de meses de escaso cartel. "Quizás ayudó el hecho de que vengo a Tucumán hace muchos años: me siento muy cómodo en esta cancha y la conozco bastante", sostuvo.

Sobre si sabía que Costilla estaba encendido, contesto afirmativamente: "cuando transitaba el hoyo 16, vi que él venía -20 y pensé: 'tengo que hacer dos birdies porque sino me pasa". Creo que lo logré. Ahora, a volver a casa a pasar un domingo en familia y a festejar porque (mañana) me voy a Colombia y tengo ocho semanas por delante para jugar a pleno. Ojalá esto me sirva para tomar impulso".