De a poco se fue llenando la platea del teatro San Martín. Después, los palcos. Madres, padres y abuelos orgullosos clavaron la mirada en el escenario. Chicos por todas partes; tras bambalinas y en los pasillos. Hermanos y primos. Novias y novios. El Encuentro de Orquestas y Coros Infanto Juveniles sazonó al Septiembre Musical con la dulzura de voces e instrumentos. Y en un escenario magnífico, como destacó Claudio Espector, coordinador nacional del Programa Nacional de Orquestas y Coros Infantiles y Juveniles del Bicentenario. 


Le tocó abrir el concierto al Coro de la Escuela de Comercio N°4, dirigido por Raúl Dip. El maestro punteó las cuerdas de su guitarra y los 20 integrantes del cuerpo (10 varones y 10 mujeres) cantaron la "Zamba de Lozano", de Manuel Castilla y el "Cuchi" Leguizamón. Fueron cuatro temas y de inmediato les tocó a las chicas de la Secundaria Benjamín Matienzo, conducidas por Natalia Carignano.

Orgulloso, Enrique Cáceres destacaba que Tucumán es la segunda provincia con mayor cantidad de niños y jóvenes haciendo música en el marco del Programa, implementado aquí en 2009. Detrás de Buenos Aires, claro. Son más de 600 los chicos tucumanos que integran los cuerpos. Además de los coros mencionados, el coordinador provincial del Programa apuntó que funcionan el de la Secundaria de Las Talitas y el de la Escuela Media de San Pablo. Están por crearse dos más (uno en San Pedro de Colalao y otro en Burruyacu) y vale apuntar la experiencia con los jóvenes internados en el Instituto Roca. En tanto, las orquestas son siete, formadas en las escuelas Bernabé Aráoz, Maestro Arancibia, Secundaria Yerba Buena, Manuel Belgrano, Barrio Juan XXIII, la de Comercio Alejandro Heredia y la Secundaria Rincón del Este.

La primera tanda se presentó ayer y el resto lo hará esta tarde, nuevamente en el San Martín y a partir de las 16. Es el tercer encuentro de estas características en el marco del Septiembre.

Según Espector, este Programa del Ministerio de Educación refuerza el concepto de que el arte es patrimonio de todos. Sostuvo que hay 15.000 chicos -de Tierra del Fuego a Jujuy- cuyas vidas están cambiando gracias a la música. "Hace 10 años no se veían chicos caminando por los barrios con instrumentos en sus manos", graficó. Celebró el acompañamiento de las familias y comentó que en el seno del Programa no hablan de talento, sino de vocación.

Amor a primera vista con el cello

"Si no hubiera descubierto la música no sé qué habría sido de mi vida", confiesa Mónica Gabriela Juárez Oviedo  ("¡me conocen como Gabriela Juárez!"). Ella tiene 17 años y está enamorada desde los 13. Apenas lo vio quedó prendada de él. Entre Gabriela y el violencello hay algo muy especial.

"Un día nos avisaron que en mi escuela (la Secundaria Yerba Buena) estaba por formarse una orquesta. La invitación era abierta, así que fui un sábado a la mañana y empecé a probar los instrumentos. Los de viento no me llamaron la atención, y cuando estaba por decidirme por el violín escuche una pieza tocada en el cello... y supe que era para mí".

Durante dos años Gabriela tocó el cello como un hobby. Pero quería más, así que dio el salto al Instituto Provincial de Música y se afianzó en la orquesta que conduce Juan Pablo Cadierno. Hay más. "Se produjo una baja en la Orquesta Juvenil de la UNT y mi maestra, Estela García, sugirió mi nombre. Pasé la audición y ahí estoy". Amante de Bach y de Haydn, Gabriela y su historia representan todo lo que el Programa Nacional puede conseguir.


Una flauta y un piano impregnarán la sala Caviglia

"Música de Ayer y de Hoy" se denomina el concierto que ofrecerá hoy el destacado dúo que integran Raúl Becerra (flauta) y Eduardo Cazaban (piano). La cita es a las 21 en el teatro Orestes Caviglia (San Martín 251). Becerra integró agrupaciones como la Orquesta Estable del Colón, la Filarmónica de Buenos Aires y la Banda Sinfónica de esa ciudad; mientras que Cazaban desarrolló como pianista solista y de cámara una amplia trayectoria en nuestro país, Holanda y Francia.<br><br>