El objetivo de una economía es generar empleo decente. En Europa, bajo la hegemonía de las políticas de ajuste -denominadas "de austeridad"- la mayor parte de las economías han dejado de producirlos. Cuando la desocupación excede el 5%, hay motivos para preocuparse.

En los 17 países que componen la Eurozona, el desempleo en junio fue del 12,1%. Esto significa que hay 19,3 millones de personas sin trabajo, pero la tasa es mayor si se saca a Alemania, ya que sube a l 13.4%. En algunos países la problemática es mayor. En Grecia, el desempleo es del 27%; en España, del 26,3%; en Portugal, del 17,4%; y en Irlanda, del 13,5%. Todos bajo la presión de la llamada Troika (FMI, Banco Europeo, y Comunidad Económica Europea) han aplicado las políticas de austeridad. Italia también está muy afectada con un récord de desempleo del 12,2%.

Los jóvenes pagan un precio altísimo por la desocupación, ya que alcanza casi al 60% en Grecia y en España, y al 40% en Italia. E Fondo Monetario Internacional (FMI), como el Banco Europeo admitieron que subestimaron el impacto de sus recortes económicos.

El sufrimiento social, es muy agudo y se esta expresando en problemas como la mortalidad infantil, el aumento de los suicidios y la migración de jóvenes. Junto a los daños humanos hay un impacto gravísimo sobre el tejido social. Se esta produciendo un resurgimiento de la xenofobia, del racismo, y del antisemitismo. Economías hundidas, y sin esperanza en cuanto se sigan aplicando las políticas recesivas, son el caldo de cultivo ideal para que prosperen los grupos de ultraderecha, los neonazis, y los fascistas.