Se demoró en entregar la hoja porque sabía que ya lo estaban esperando. Estaba rindiendo la materia Fisiología cuando un hombre entró al aula de la Facultad de Bioquímica de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y le preguntó a la profesora si el alumno era Juan Carreras. Ese 16 de septiembre de 1976, apenas salió del examen, se lo llevaron. Y su familia no lo vio más. El joven -oriundo de Belén, Catamarca- permanece desaparecido y forma parte de un grupo de delegados estudiantiles de esa carrera que también fueron víctimas del terrorismo de Estado y cuyos casos están siendo investigados en la megacausa "Arsenales II-Jefatura II". El de Carreras, precisamente, está vinculado con el de su amigo y compañero de estudios Enrique Sánchez, secuestrado dos días antes. Incluso, testimonios dan cuenta de que los captores llevaron a Sánchez al operativo en el que atraparían luego a Carreras.

"Se lo llevaron a las 18, a cara descubierta, de la Universidad. En el hall se encontró con un profesor; pidió ayuda, pero no pudo hacer nada. Se hizo la noche y él no volvía a su departamento. Una vecina llamó diciendo que se lo habían llevado", recordó ayer frente al Tribunal Oral Federal Felicidad Carreras, hermana de Juan.

Testigos afirmaron que dos vehículos lo esperaban. Felicidad afirmó que Juan llegó a gritar pidiendo que alguien hiciera algo.

Relató las gestiones -infructuosas- que hicieron para saber qué había sido de su hermano. Además de presentar recursos de habeas corpus, intentó obtener una respuesta del entonces interventor militar de la UNT, el coronel Eugenio Barroso, porque Juan había sido sacado de una dependencia universitaria. Afirmó que Barroso le recibió una carta escrita por su padre y que la citó para la semana siguiente. Pero no cumplió, dijo.

"Mi padre murió cuando perdió las esperanzas de volver a ver a Juan. A mi madre le sostuvimos las esperanzas para que viviera un poco más. Por este hecho, mi familia conoció lo que era el dolor", expresó acongojada Felicidad.

El joven habría sido trasladado al centro clandestino de detención del Arsenal "Miguel de Azcuénaga". De acuerdo con el expediente, fue visto entre los detenidos por Víctor Fernando Alderete y Andrés Lorenzo Lerma. Los testimonios consignaron que Carreras estaba en muy mal estado de salud. Fue visto con vida por última vez en ese lugar, en abril de 1977.

"Admiro lo que estos chicos hicieron en esa época siniestra de la historia. Pido justicia para ellos y para todos los desaparecidos. Mi familia, mis amigos y yo queremos saber dónde llevar flores en septiembre y dónde derramar lágrimas que mojen el suelo. Queremos saber para seguir soportando esta tremenda ausencia y para que esto no ocurra en ningún lugar del mundo", reflexionó Felicidad.

Otro testimonio conmovió durante la mañana el TOF. Marta Pérez contó el secuestro de su esposo, Julio del Castillo. El joven desaparecido también era estudiante de Bioquímica y trabajaba en el Ingenio Fronterita. La madrugada del 15 de abril de 1976, un grupo irrumpió en la casa del matrimonio oriundo de Salta, en Sáenz Peña al 200. Marta detalló que los hombres llevaban pelucas, narices y anteojos de cotillón. "Decían que buscaban literatura subversiva. Cuando se estaban por retirar, corrí hasta la habitación donde lo tenían. Julio ya estaba vendado y con las manos atadas. Me arrastraron hasta el cuarto de nuevo. Quedé sentada en la cama, con seis tipos. Uno se sacó la mascara. 'No te vamos a violar', me dijo (...). Asistí a (al juicio) 'Jefatura I', y entre los imputados pude reconocerlo: era Luis De Cándido", relató.

Marta repasó los trámites que hizo para hallar a su marido y destacó la ayuda del abogado Ángel Gerardo Pisarello. Afirmó que tuvo que esconderse durante años y que su casa fue saqueada. Testigos relataron haber compartido cautiverio con Julio en el Arsenal y haberlo visto en mal estado de salud. "Espero que la impunidad termine y que no quede un solo genocida afuera", concluyó.

CLAVES DEL JUICIO

¿Qué se investiga? En el proceso se abordan 206 casos de secuestros, torturas, homicidios y abusos sexuales.

¿Adónde se cometieron? Habrían ocurrido en los centros clandestinos: la Jefatura de Policía y el Arsenal.

¿Quiénes son los imputados? Entre los acusados hay ex policías, gendarmes y militares. También un sacerdote y un contador.

¿En qué etapa está? En la segunda, la que corresponde a los testimonios del Arsenal (la primera fue Jefatura). Declararon 268 testigos.

¿Cuándo terminará? Probablemente entre septiembre y octubre. Se espera que los alegatos se inicien en septiembre.



A fines de junio se reanudará el debate


La de ayer fue la última jornada de la megacausa "Arsenales II-Jefatura II" antes del receso de invierno. El Tribunal Oral Federal (TOF) dispuso que la pausa se prolongue hasta el 25 de julio, día en el que se reanudarán las audiencias.

El secretario del TOF, Mariano García Zavalía, explicó a LA GACETA que no coincidirá con la feria judicial debido a la apretada agenda de los jueces que intervienen en el proceso, Carlos Jiménez Montilla, Gabriel Casas y Juan Carlos Reynaga (subrogante).

Según estimó el funcionario judicial, durante todo agosto se seguirían recibiendo testimonios. A fines de ese mes podrían efectuarse inspecciones oculares a centros clandestinos de detención, entre ellos, el Arsenal "Miguel de Azcuénaga". Se trata del predio militar en el que habría funcionado también un campo de exterminio. En el lugar, ubicado en Las Talitas, se hallaron fosas con restos de desaparecidos durante el terrorismo de Estado. Según trascendió, no se descarta incluir otros sitios como el denominado "Pozo de Vargas", otra fosa en el que se encontraron cuerpos de víctimas del proceso.

A partir de septiembre, las partes expondrían sus alegatos. Primero lo harán los fiscales Leopoldo Peralta Palma, Pablo Camuña y Patricio Rovira y los querellantes; luego, los defensores. Desde que comenzó el juicio, el 12 de noviembre del año pasado, se concretaron 52 audiencias. Se juzgan 206 casos sobre privaciones de libertad, torturas, homicidios y delitos sexuales. Son 41 los imputados en el caso: 31 están en Villa Urquiza, ocho en el Hospital Penitenciario de Ezeiza; y uno está en prisión domiciliaria. Se trata de 15 ex militares, seis ex gendarmes, 16 ex policías, un sacerdote, un escribano y un personal civil del Ejército.