BUENOS AIRES.- Las espesas lágrimas de dolor empañaron los ojos de los hinchas de Independiente luego del gol que marcó Angel Correa. Es que el tanto del hombre de San Lorenzo alcanzó para terminar con las ilusiones de mantener la categoría y no descender a la B Nacional. Aunque el golpe se sintió en el estadio Libertadores de América, los fanáticos del "Rojo" se hicieron oir más que nunca y respaldaron al equipo de sus amores, que ya estaba condenado al descenso. Así, con el pecho inflado pero con el alma destruida, la hinchada despidió al "Rey de Copas" a lo grande y sin provocar disturbios. Pasión por la camiseta.