Rodolfo Montenegro - Periodista del diario santiagueño "El Liberal"

Habían pasado pocos minutos de las 3 cuando en Santiago transcurría una madrugada más de fin de semana: había mucho movimiento tanto en los lugares públicos como en las casas. De pronto una intensa luz virtualmente adelantó el amanecer y segundos después comenzaron a temblar puertas y ventanas, ante un ruido que muchos identificaron como un estallido. Desde ahí y por el resto del domingo fueron miles las especulaciones que se tejieron en todos los ámbitos de opinión. Muchos aseguraron haber visto caer partículas humeantes (muy parecidas a trozos de caucho) en la plaza de un barrio periférico, las que guardaron como un "trofeo" de este día que los santiagueños no olvidarán fácilmente. Estallaron las redes sociales de los diarios. Los oyentes de las radios no paraban de llamar. Todos querían saber algo más o contar la experiencia que habían vivido. Cada uno enriquecía su versión con algún dato extra, pero coincidían en que "la cosa" metió miedo. De pronto lo que parecía una madrugada más, un domingo más, tuvo este condimento que lo hizo especial. Unos dicen que estaba anunciada una lluvia de estrellas. Otros aseguran que volverá a ocurrir. Pocos se animan a tejer una teoría que explique con mediana certeza lo que sucedió. Lo que es seguro es que los santiagueños vamos a tener tema de conversación para rato.