BUENOS AIRES.- La titular de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, insistió con que hay "acusaciones muy serias" contra el papa Francisco por su actuación "durante la dictadura cívico-militar" y le reclamó que haga un "mea culpa" porque "fue colaborador de entregar a dos sacerdotes" de la Compañía de Jesús, cuya cúpula integraba en ese tiempo.

Asimismo, dijo que "en el caso de Abuelas, tenemos una historia referida" a Jorge Bergoglio con "una familia platense, cuya hija embarazada desapareció y hubo noticias de que tuvo una niña en la comisaría quinta de La Plata".

"Se fue a consultar a Bergoglio, Bergoglio mandó a consultar a un tercero y la respuesta que le dio a la familia es que 'no busquen más porque la niña está en buenas manos'. Eso lo declara la abuela, que ya falleció, pero la hija de esta, la tía de la niña y hermana de la desaparecida, está en estos momentos declarando esta historia personal", relató.

Según Carlotto, Bergoglio "tuvo que ir a declarar por este tema. Desconoce esta charla, dice que no existió. Además, dice que desconocía, hasta por los años '90, el tema de los desaparecidos. Esto ni siquiera la gente que pueda vivir en pleno campo dejó de saber en los '90 que hubo una represión tremenda, un terrorismo de Estado".

"Bergoglio pertenece a la Iglesia, hoy representa a esa Iglesia que oscureció la historia en nuestro país, que no fue así, por ejemplo, ni en Chile ni en Brasil", aseveró Carlotto. Consideró que "cuando alguien comete un delito o un error, que no se considere delito en todo caso, hay tiempo de reflexionar y hacer un mea culpa. Es un acto sumamente cristiano el de confesar el pecado, arrepentirse y tener el acto de contrición".

"Es una historia muy triste que entinta a toda la jerarquía de la Iglesia católica argentina que hasta ahora no ha hecho un mea culpa ni ha dado un paso para colaborar con la verdad, la memoria y la justicia", añadió.  

Para Carlotto, "hay una especie de satisfacción porque lógicamente Argentina figura ahora en todo el mundo como un país civilizado, conocido y reconocido", pero "esa satisfacción nacional, si se quiere, embarga un poco, confunde un poco y uno a la vez también razona que este hombre, Bergoglio, nunca habló ni se acercó a las Abuelas para ayudarnos". 

"Es cierto que ha ayudado con otros temas también lacerantes, pero no el nuestro, nunca. Hay un desconocimiento de sus condiciones o cualidades humanas, salvo la que nos enteramos por terceros, que va a las villas y hace tal bien o tal otro", finalizó. LA GACETA - DYN