El director David O. Russell no pierde el tiempo y presenta contundentemente a su personaje central; en pocos minutos narra el momento que vive Pat, ocho meses después de casi haber matado al amante de su esposa y de haber sido internado para su tratamiento psiquiátrico. Presenta a su entorno familiar y a sus amigos más cercanos e introduce al otro personaje protagónico: Tiffany, joven, bella, viuda reciente, dispuesta a salir del duro trance en el que se encuentra sin reparar en detalles. Desde luego que en cuanto los protagonistas y el esquema argumental del filme están expuestos, pocas dudas le quedan al espectador sobre qué es lo que va a ocurrir en las sucesivas escenas o sobre el modo en el que va a culminar la historia. Pero estos son detalles a los que quienes gustan de las comedias están acostumbrados, y es cierto que, en este género, poco importa la falta de sorpresas si los diálogos son ingeniosos y si los actores interpretan satisfactoriamente a sus personajes. Estos requisitos se cumplen cabalmente en el filme de Russell y es en esos rubros en los que se anotan los principales aciertos de la producción. El director imprime un ritmo adecuado a la narración y el elenco aprovecha en profundidad las posibilidades de lucimiento que les ofrecen sus respectivos personajes.

Sin embargo, el filme no logra superar el nivel de una comedia agradable y divertida para convertirse en una gran película, de esas que hacen historia; a pesar de que tanto las situaciones como los personajes permitían vislumbrar la posibilidad de un tratamiento original, el guión se desliza por senderos muy transitados y el espectador comienza a sentir que todo se va a acomodar dentro de esquemas conocidos.

El desenlace confirma esas presunciones y tal vez sea lo más flojo de la propuesta. Sin embargo, es importante destacar que las dos horas de proyección transcurren sin tropiezos para el espectador y que algunos momentos resultan muy logrados. Y en cuanto a Jennifer Lawrence, si el Oscar parece demasiado premio para este trabajo, recuérdese que tal vez debió haberlo ganado hace dos años por su gran tarea en "Lazos de sangre".