ATENAS.- El Gobierno de Grecia buscó aplacar la ira helena por los planes de la Unión Europea de desplegar un equipo permanente de inspectores extranjeros para supervisar las finanzas del país, lo que fue visto por muchos griegos como una humillante renuncia a la soberanía.

En una señal de la desconfianza entre Atenas y los prestamistas extranjeros después de años de promesas incumplidas de Grecia, los ministros de Finanzas de la zona euro exigieron una "presencia mayor y permanente" de inspectores de la UE para asegurar que el país cumplirá con los punitivos términos de un rescate de 130.000 millones de euros (172.000 millones de dólares) para evitar la moratoria. Los inspectores extranjeros son apodados "comandos" por la prensa griega.

"Es como si no tuviéramos gente educada o capaz en Grecia para gobernar el país", señaló el comerciante de frutas de 67 años Raptis Michalis. (Reuters)