En los primeros minutos del relato, una buena parte de los edificios del Kremlin vuela por los aires. Los integrantes de la Fuerza de Misiones Imposibles huyen en estampida para salvarse, pero poco después, el agente Ethan Hunt es advertido de que el Presidente de EE.UU. ha desmantelado la fuerza y ha iniciado el protocolo fantasma. Hunt está convencido de que los desgraciados sucesos acontecidos en el Kremlin no fueron otra cosa que una trampa, y reúne a sus colaboradores para tratar de enmendar la tragedia; eso, además, les permitirá demostrar su inocencia. Pero para ello, deberán correr peligros extremos y tendrán que evitar emboscadas, disparos, explosiones y persecuciones diversas.

Tom Cruise es el encargado (por cuarta vez) de ponerse en la piel del agente Ethan Hunt, ese al que siempre le proponen la misión imposible (si es que decide aceptarla, claro está). En esta oportunidad, la disyuntiva no existe, porque está obligado a limpiar su nombre y el de los integrantes de su equipo. Además, el apoyo externo de las organizaciones oficiales será nulo, porque en esta aventura, estarán actuando más que nunca por su propia cuenta.

El director Brad Bird enfrentó una serie de desafíos al ponerse al frente de este proyecto. En primer lugar, debió convencer a los propios productores de que era capaz de llevar adelante una producción multimillonaria con riesgosas escenas de acción, ya que sus antecedentes no registraban ningún filme con estas características. Claro que su filmografía ostenta títulos como "Los increíbles" y "Ratatouille", dos excelentes filmes de animación realizados para la factoría Pixar. Pero Bird (hasta ahora) siempre había trabajado desde los estudios, comandando a legiones de técnicos y de animadores para producir esas extraordinarias películas. En esta oportunidad, debió desplazarse por escenarios naturales, coordinar equipos de efectos especiales y ubicar cámaras en emplazamientos exóticos para lograr las espectaculares tomas que esperan los seguidores de la saga. Una de las secuencias más promocionadas es la que anima precisamente el protagonista del filme, Tom Cruise, suspendido a cientos de metros de altura mientras corre alrededor de la impactante estructura de uno de los edificios más altos del mundo, que se eleva en la ciudad de Dubai. Un dolor de cabeza adicional para los productores lo aportó el hecho de que Cruise prefiere filmar personalmente este tipo de tomas, sin el concurso de dobles profesionales.

Los seguidores de la saga (y los nostálgicos de la emblemática serie de televisión) tendrán entonces una nueva oportunidad de vibrar con las impactantes escenas que son una marca de fábrica de estos filmes, siempre subrayadas por el inmortal tema musical compuesto por el argentino Lalo Schiffrin.