BUENOS AIRES- Llegamos al aniversario de mi renuncia, que lo entendí como un renunciamiento después de mi llamado a la unidad frente a las dificultades del momento, y pensé que con mi renuncia facilitaba la solución de los problemas institucionales evitando un corte de hecho en la sucesión democrática de los gobiernos, que habría ocurrido por la conspiración del golpe civil en marcha.

También pensé que permitiría solucionar los problemas financieros ya que dependía de decisiones parlamentarias, donde el justicialismo tenía mayoría y venía trabando la acción y finalmente lo principal, el cese de la violencia, que como parte de la conspiración habían provocado en muchos puntos del país y en esta ciudad.

En mi formación republicana y democrática, nada justifica por quedarse en el poder una violencia como sea. Yo llevo el inmenso dolor de que esas cosas ocurrieran durante mi Gobierno y es necesario rechazar la violencia en todas sus formas. Vuelvo a expresar mi solidaridad con quienes lo sufrieron y sus familiares, y repudio el aprovechamiento político que quiere hacerse de esa situación. Nunca mi Gobierno implementó acciones de represión y este Presidente nunca las dispuso.

Pido disculpas por errores que pude haber cometido o soluciones que no logré, pero debo decir que me satisface que el esfuerzo de mi renunciamiento -que fue doloroso- permitiera mantener sin interrupción la democracia hasta hoy. Llegamos a este año con un nuevo Gobierno elegido por amplia mayoría, le deseo a la Presidenta lo mejor, con actitudes de grandeza y patriotismo en los momentos difíciles, los que yo no encontré. La gran lección que queda es que cuando hay situaciones de dificultad, las fuerzas políticas deben unirse frente a los adversarios externos, en vez de conspirar entre sí, actuar con egoísmo y subversión partidista. Acá la conspiración justicialista se unió con el FMI, los justicialistas acordaron con el Fondo para tumbar al Gobierno y eso es un precedente lamentable que la sociedad castigó al repudiar a Duhalde en las elecciones. Por otra parte, llego a este décimo aniversario de mi renuncia con la indignación a flor de piel por lo publicado respecto a "Siemens", porque había un contrato con el Estado firmado en 1998 bajo el anterior gobierno, que yo deje sin efecto el 18 de mayo de 2001. Se han hecho publicaciones donde quieren involucrarme en manejos tenebrosos; es absolutamente falso. Nunca se puede escribir, insinuar ni poner en duda mi honorabilidad, es un atentado a la moral. El solo hecho de haber dejado sin efecto el contrato me pone cubierto de toda duda o sospecha. La otra cuestión es relativa a la carga que arrastro desde 2003 de la "causa del Senado", que debió comenzar en noviembre su etapa final y se postergó por problemas de la defensa de Mario Pontaquarto.

En febrero, el Tribunal fijará nueva fecha de juicio oral; espero que se haga y se termine con esta falsedad sobre un hecho inexistente, es lo único que queda pendiente del largo peregrinaje al que me sometieron desde mi renuncia. Han querido afectar la honorabilidad de todo un Gobierno, que no puede ser manchado por ningún antecedente de este tipo. Reivindico la honorabilidad de los funcionarios de mi Gobierno y niego la existencia de los hechos porque todo se basa en una operación política. (DyN)