Lo que para algunos es una desgracia, para otros es una oportunidad. Una hora después de que comenzaron a caer las primeras gotas de la tormenta de esta mañana, fue imposible el paso de automóviles por la esquina de avenida Siria y Bolivia, de esta capital.

Los automovilistas que se animaron no tuvieron suerte. Algunos quedaron atascados en medio del agua y en cuestión de minutos tenían a su alrededor un grupo de jóvenes que, por $ 10 o $ 15, los ayudaron a salir del mal trago. Los que no tuvieron problemas fueron los colectivos y camiones.

Por precaución y debido a años de sufrir el mismo problema, antes de que se produzca la crecida, los vecinos y comercios de la zona colocaron en las puertas sus improvisados sistemas de protección (al estilo de compuertas) fabricados con maderas o chapas. LA GACETA ©