A menudo olvidadas, las manos deben ser cuidadas regularmente, tanto como la cara y el cuello. El contacto frecuente con el agua, los productos químicos, el sol y las bajas temperaturas, son factores que ponen la piel bajo una gran tensión y la avejenta. Dado que las manos no tienen muchas glándulas secretoras de aceites, ponen en evidencia la edad de la mujer antes que el rostro tan mimado.

Además, se ha descubierto que todas las personas, después de hacer contacto ocular, concentran su atención en las manos de los demás. Y entonces, ¿qué se puede hacer para mantener las manos bellas? ¡Hidratarlas! Este es el paso número. Los especialistas advierten que requieren hidratación varias veces al día. La piel está muy expuesta y, si se seca, se lastima con mucha facilidad y parece más arrugada.

Una medida sencilla para proteger las manos de las actividades cotidianas es usar guantes de goma, sobre todo para lavar platos, ropa, pisos, heladeras, freezer y demás muebles que requieran limpieza o protección con productos químicos. También para efectuar tareas de jardinería como podar plantas o quitar las hojas secas vienen guantes especiales de fibra de algodón, que protegen de raspaduras y de las espinas o ramas secas de las plantas.

Es esencial mantener las manos secas, porque cualquier rastro de agua que quede, al evaporarse reseca la piel. Las manos necesitan un cuidado especial para lucirlas como recién salidas de spa. Para este cometido conviene recordar algunos consejos de las abuelas.

Cuando se esté preparando alguna comida con huevos, por ejemplo, no hay que tirar las cáscaras a la basura: se puede aprovechar el remanente de clara que quedan siempre en ellas y esparcirlas en las manos.

Después de lavar los platos o estar en contacto con detergentes de base hidrosoluble, el enguaje con abundante agua limpia es imprescindible. Luego se puede preparar una solución de agua y vinagre (una cucharada de vinagre cada dos de agua) para restaurar el balance del pH de la piel.

Mantener las manos calientes no sólo redundará en una piel más saludable, sino también en el estado general de la salud. Con frecuencia, los resfríos y las gripes empiezan con unas manos frías.

Antes de cambiar la tierra de las macetas o reponer plantas, conviene rasguñar una barra de jabón blanco con las uñas. Al finalizar la tarea, la limpieza de uñas y manos será mucho más sencilla.

Cualquiera sea la forma que se elija para cuidar las manos -incluso cuando se use una loción para manos comprada en la perfumería del barrio- hay que aplicarla con frecuencia. Después de todo, las manos también merecen mimos.