Por Fernando Heller - DPA

En medio de la crisis europea, vuelve el debate entre quienes defienden las ventajas de la moneda única, el euro, frente a sus detractores, que recuerdan el efecto de "inflación encubierta" de la segunda divisa mundial tras el dólar.

Desde su introducción oficial como moneda el 1 de enero de 1999, con fecha de circulación de billetes en 2002, el debate entre expertos proeuropeístas y la opinión del ciudadano corriente no ha cesado acerca del incremento de precios que ha supuesto el euro, en compras cotidianas como el periódico o un simple café.

Los técnicos en economía la denominan "inflación encubierta" o, en el lenguaje de la Comisión Europea, la "percepción (subjetiva) de inflación" en contraste con los guarismos oficiales, que miden las fluctuaciones de precios mediante el Índice de Precios al Consumo.

Tanto preocupa a la Comisión Europea ese sentimiento negativo con el euro, todavía perceptible entre quienes, por cuestión de edad, han conocido los dracmas, las pesetas, los marcos alemanes, o las liras italianas, entre otras ex monedas nacionales, que desde 2002 el Ejecutivo de Bruselas no ha cesado en su labor informativa a los ciudadanos acerca de las bondades de la moneda única. En líneas generales, los expertos consideran que el euro es positivo para Europa. Aunque es verdad que Grecia por ejemplo no puede realizar devaluaciones competitivas en la situación actual, si recuperase su dracma eso multiplicaría su deuda pública, que compró en euros. Ello, a la postre, encarecería sus importaciones. La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente galo, Nicolas Sarkozy, descartaron en principio esa hipótesis, pues una salida de Grecia del euro supondría un golpe mortal a la eurozona en su conjunto, pese a que el peso de Atenas en la moneda única sea ínfimo, con apenas un 2% del PBI de la eurozona. Sería un "mensaje catastrófico", que equivaldría, en la práctica, a la admisión de la impotencia de la Unión Europea (UE) para cerrar la crisis de deuda soberana en la eurozona y reforzar su moneda, opina un editorial del periódico belga "Le Soir". El periódico holandés "De Volkskrant" destaca que Merkel y Sarkozy han actuado de manera sagaz e inteligente al forzar al primer ministro griego, Giorgos Papandreou, a que el referéndum de diciembre no gire en torno al segundo rescate, sino que la pregunta sea mucho más trascendental: ¿quiere Grecia seguir o no en el euro?

"Las encuestas de opinión (de la agencia europea Eurostat) demuestran que los ciudadanos europeos frecuentemente ?perciben? una inflación más elevada de lo que, en realidad, es", afirma la página web de la Comisión Europea.

En la balanza de "efectos positivos" que ha tenido el euro desde 2002 figura, entre otros, la reducción de los riesgos derivados de los tipos de cambios diferentes, lo cual favorece sensiblemente las exportaciones intraeuropeas.