La intolerancia ante los malos resultados son moneda corriente dentro de un fútbol tan exitista. Una racha de resultados adversos es capaz de derribar de su cargo aun al entrenador más laureado. Pero San Martín parece ser la excepción a esa regla.

Los números son fríos y contundentes. Desde que Pedro Damián Monzón tomó la batuta, en la fecha 30 de la B Nacional, el equipo cayó derrotado en el 50% de los partidos que disputó. Perdió la categoría y, hasta ahora, no encuentra el rumbo en el Argentino A. Aun así, su continuidad nunca estuvo en duda. Con "Moncho" sentado en el banco, el "santo" jugó 18 partidos y sólo en cinco pudo quedarse con la victoria.

Monzón se excusó en innumerables ocasiones de que él no había armado al plantel que perdió la categoría. En algunas presentaciones se quejó por el rendimiento de sus jugadores. Y hasta culpó al cuerpo técnico anterior por la mala preparación física de los jugadores. La dirigencia y los hinchas se bancaron estoicamente aquel mal momento. Pero, ¿hasta cuándo aguantará la cuerda sin romperse?

En la versión 2011/12 del "santo", Monzón la armó a su antojo. Eligió las piezas y se encargó de ensamblar la máquina, pero algún engranaje está fallando y por ahora la nave no puede despegar.

La única alegría que les dio a los hinchas "santos" en los últimos tiempos fue en la Copa Argentina. En su presentación en el certamen goleó a Sarmiento de la Banda de Santiago del Estero por 4 a 0. En aquella oportunidad presentó una formación alternativa ante un rival inferior.

El equipo no encuentra el rumbo. El fútbol aparece a cuentas gotas y los números vuelven a pegarle con dureza al entrenador. En el torneo San Martín solamente ganó un partido de los seis que jugó. Para colmo de males, sufre una anemia ofensiva alarmante que se encarga de ensombrecer más aún el panorama. Para defensa del DT, puede decirse que es un plantel prácticamente nuevo y que el correcto andamiaje demanda su tiempo.

Los partidos pasan, los tiempos se acortan. San Martín necesita enderezar el rumbo lo antes posible. ¿Podrá Monzón revertir una situación que cada día se torna más oscura? Todos esperan que sí. El tiempo dará la respuesta.