Unos lo ven desde sus sillones, al mejor estilo cabaret "on demand". Los que están del otro lado las producen y les piden que muestren piel, más piel. El rating se calienta, todo se calienta. Ellas se desnudan y lo justifican con decenas de eufemismos: "fue cuidado", "mostré el lado femenino", "es un desnudo artístico", frases que sirven para avalar encuadres casi ginecológicos. Es lo que hay. La oferta de mujeres en televisión o de "carne argentina" es más abundante que el extinto rubro 59. Laura Etcharren, socióloga y analista de medios, sostiene que se trata de un "Estado voyeur" que se caracteriza por combinar peleas y sexualidad en todas sus formas. Además de lo profesional, hay una superproducción de videos caseros y de fotos prohibidas. Etcharren asegura que no hay espacios para reflexionar sobre el deterioro de la mujer. En estas producciones caseras la protagonista es ella. De ellos solo se califica el "desempeño" o un par de abdominales. No hay mucha más oferta para la mujer que también quiere disfrutar del erotismo como televidente.
Ellas esperan sentadas
La oferta erótica es exclusiva para varones: las mujeres son el objeto y no el destinatario