Si hasta daban ganas de tomarse un trago en un bar... Ayer, en pleno mediodía porteño, las luces de las calles se encendieron y, como si fuera un eclipse, se hizo de noche en pleno día. Una gruesa capa de nubes filtró la luz y oscureció totalmente la ciudad. La tormenta comenzó temprano, cerca de las 7 y sorprendió la rutina de los porteños. Pero más tarde, pasadas las 12, tuvieron que correr a cobijarse debajo de los techos para no sufrir las pedradas que venían desde el cielo con granizo de hasta cinco centímetros. Esperemos que la capital esta vez no nos mande la lluvia y que siga esta "pre-primavera".