WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aún tiene esperanzas de que se llegue a un acuerdo para elevar el techo de la deuda pública a tiempo para evitar entrar en cesación de pagos, dijo ayer la Casa Blanca. "Creemos firmemente que un compromiso es imprescindible y posible", declaró el portavoz Jay Carney.
Los legisladores estadounidenses están trabajando sobre sus propuestas y revisándolas, con la esperanza de aprobar un acuerdo antes del 2 de agosto, la fecha en que, según el Departamento del Tesoro, se acabará el dinero para pagar las obligaciones del Estado.
A menos que el Congreso autorice al gobierno federal a seguir endeudándose, el país podría enfrentar por primera vez la posibilidad de declarar el "default" y una rebaja de su nota crediticia.
El líder republicano y presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, pospuso ayer una votación de su propuesta debido a la falta de apoyo. Su oficina está trabajando para modificar el proyecto de ley. En tanto, en el Senado, controlado por los demócratas, el líder de la mayoría Harry Reid también está reformulando su propuesta.
Boehner y Reid tratan de alcanzar un compromiso, al tiempo que intentan apaciguar los ánimos de sus partidarios. El líder republicano está enfrentando una fuerte oposición. El movimiento conservador republicano "Tea Party" demanda mayores recortes de los gastos federales, algo que Obama dijo que no aceptará.
"Creemos que hay lugar para hallar un compromiso", dijo Carney. "El presidente dejó claro que cree que ésta ha sido una oportunidad para hacer algo grande e histórico que requiere voluntad política por parte de los demócratas y republicanos", añadió.
Los legisladores deben votar un aumento del límite de la deuda pública, que actualmente es de U$S 14,3 billones, pero los miembros conservadores del Congreso insisten en que primero se deben realizar recortes presupuestarios.
Reid aseguró que podría modificar fácilmente su proyecto para incorporar elementos del proyecto de Boehner de forma de ganar apoyo de ambos partido en el Senado.
Esto establecería otras votaciones arriesgadas en la Cámara de Representantes con una dinámica completamente diferente, mientras que Boehner necesitaría atraer votos demócratas para compensar las deserciones anticipadas del ala derecha de su propio partido.
Además 51 senadores demócratas y dos independientes que generalmente votan con ellos firmaron una carta el miércoles diciendo que no votarán por el plan de deuda de Boehner. "Va a haber suficiente cooperación para que sea aprobada una ley que permita que el límite del endeudamiento sea incrementado, con una reducción del déficit", afirmó el senador demócrata Max Baucus.
La medida de Reid tiene una concesión que apunta a ganar el apoyo republicano: no incrementar los impuestos. Además recorta más gastos que la propuesta de Boehner, según una evaluación independiente.
Entretanto, miembros de las principales agencias calificadoras de riesgo del país declararon ayer ante el comité de finanzas de la Cámara de Representantes. Dijeron que no creen posible un default, pero advirtieron que, más allá de la inmediata fecha límite para el techo de la deuda, si no se frena el déficit, también se podría ver afectado la actual nota crediticia triple A. Deven Sharma, presidente de Standard & Poor's, dijo a los legisladores que una reducción de U$S 4 billones a lo largo de los próximos 19 años está "dentro del límite" de lo que es necesario, indicó el diario "The New York Times". (DPA-Reuter)
Los legisladores estadounidenses están trabajando sobre sus propuestas y revisándolas, con la esperanza de aprobar un acuerdo antes del 2 de agosto, la fecha en que, según el Departamento del Tesoro, se acabará el dinero para pagar las obligaciones del Estado.
A menos que el Congreso autorice al gobierno federal a seguir endeudándose, el país podría enfrentar por primera vez la posibilidad de declarar el "default" y una rebaja de su nota crediticia.
El líder republicano y presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, pospuso ayer una votación de su propuesta debido a la falta de apoyo. Su oficina está trabajando para modificar el proyecto de ley. En tanto, en el Senado, controlado por los demócratas, el líder de la mayoría Harry Reid también está reformulando su propuesta.
Boehner y Reid tratan de alcanzar un compromiso, al tiempo que intentan apaciguar los ánimos de sus partidarios. El líder republicano está enfrentando una fuerte oposición. El movimiento conservador republicano "Tea Party" demanda mayores recortes de los gastos federales, algo que Obama dijo que no aceptará.
"Creemos que hay lugar para hallar un compromiso", dijo Carney. "El presidente dejó claro que cree que ésta ha sido una oportunidad para hacer algo grande e histórico que requiere voluntad política por parte de los demócratas y republicanos", añadió.
Los legisladores deben votar un aumento del límite de la deuda pública, que actualmente es de U$S 14,3 billones, pero los miembros conservadores del Congreso insisten en que primero se deben realizar recortes presupuestarios.
Reid aseguró que podría modificar fácilmente su proyecto para incorporar elementos del proyecto de Boehner de forma de ganar apoyo de ambos partido en el Senado.
Esto establecería otras votaciones arriesgadas en la Cámara de Representantes con una dinámica completamente diferente, mientras que Boehner necesitaría atraer votos demócratas para compensar las deserciones anticipadas del ala derecha de su propio partido.
Además 51 senadores demócratas y dos independientes que generalmente votan con ellos firmaron una carta el miércoles diciendo que no votarán por el plan de deuda de Boehner. "Va a haber suficiente cooperación para que sea aprobada una ley que permita que el límite del endeudamiento sea incrementado, con una reducción del déficit", afirmó el senador demócrata Max Baucus.
La medida de Reid tiene una concesión que apunta a ganar el apoyo republicano: no incrementar los impuestos. Además recorta más gastos que la propuesta de Boehner, según una evaluación independiente.
Entretanto, miembros de las principales agencias calificadoras de riesgo del país declararon ayer ante el comité de finanzas de la Cámara de Representantes. Dijeron que no creen posible un default, pero advirtieron que, más allá de la inmediata fecha límite para el techo de la deuda, si no se frena el déficit, también se podría ver afectado la actual nota crediticia triple A. Deven Sharma, presidente de Standard & Poor's, dijo a los legisladores que una reducción de U$S 4 billones a lo largo de los próximos 19 años está "dentro del límite" de lo que es necesario, indicó el diario "The New York Times". (DPA-Reuter)