Setecientas personas trabajan en el Servicio Penitenciario de Tucumán. De ellas, 200 están en planta transitoria, la mayoría desde hace ya cinco años, y con un sueldo por mes de $ 1.200 por trabajar, en teoría, 12 horas, pero en la práctica, no menos de 15 horas de guardia, según dijeron.
Esa situación de precariedad laboral y salarios exiguos motivó la primera protesta del personal carcelario de la provincia, anoche, en la esquina de México y Marco Avellaneda, a las puertas del penal de Villa Urquiza. Los policías confirmaron que formaron parte de la protesta de todo el personal de la fuerza en la provincia, aunque, a diferencia del resto, ellos no hicieron un paro, por tratarse de institutos que deben brindar máxima seguridad. Por eso, quemaron cubiertas y reclamaron a viva voz la renuncia del subdirector de Institutos Penales, Guillermo Snaider. Lo acusaron de ser responsable de irregularidades administrativas y de denigrar y hostigar al personal de la institución.