El domingo se cumplirá un año de la mayor catástrofe natural que sufrió Chile después del terremoto de Valdivia de 1960.

A las 3.34 de la madrugada del sábado 27 de febrero de 2010, un intenso movimiento telúrico sacudió la zona central y el sur de Chile y causó pánico en la población entre la V y la X Región. El epicentro se ubicó en el mar, a 150 kilómetros al noroeste de Concepción y a 30,1 km de profundidad. Alcanzó una magnitud de 8,8º en la escala de Richter y tuvo una duración de cerca de 2 minutos 45 segundos. Sin embargo, y pese a su inmenso poder de destrucción, lo más terrible vino minutos después, cuando un tsunami arrasó la costa de las regiones VII y VIII, destruyendo a su paso decenas de localidades costeras. El saldo fueron 524 muertos y miles de personas sin casa e incalculables pérdidas económicas en infraestructura e industrias fue el devastador resultado.

Los daños materiales se estimaron en U$S 30.000 millones, es decir el 18% del PBI chileno.